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Historia

Capítulo 5 V

Palabras:2227    |    Actualizado en: 16/05/2023

nt

punto de grabar algo que iba a ser sumamente importante en el libro; hablar sobre el amor de su vida, si

a coquetearme de ninguna forma. Sin saber por qué me hacía falta que me molestara, pero, sabía

sonrió de lado. Me alegraba que estuviéramos

erá una parte muy importante del libro, usted sabe que a las personas les encanta las historias de romance, y tiene que ser honesto conmigo a to

que para escribir el libro debo hablar acerca

ribiendo el libro biográfico de uno de los empresarios más grandes del país, el señor Devan Reed. Hoy, hablaremos de un tema que es de interés para varios; las relaciones amorosas que él ha tenido. Así que, señor Reed, me e

han pasado varios años y puedo asegurar que ya no soy ese mismo hombre. Ahora soy una persona que ha cambiado co

er un punto débil. A esto me refiero a que hasta aquellos que no creen en el amor, terminan por enamorars

sde mi punto de vista, se comportaba como una persona con muchísima experiencia. No obstante, recordé que para ser un casanova no se necesitaba amar a las mujeres con las q

que me gustaría escuchar un poco sobre aquel que ha

y bajó l

oras juntos gracias a que era mi mano derecha casi todo el día. Olivia era una mujer hermosa, de pies a cabezas, y también podía conquistarte por completo con su exquisito léxico. Nuestro romance inició en el momento que nos qu

eracción entre ambos después de esa noche -cuestioné, siendo un manojo de nervios sin razón aparente-Como sabemos, un amor

r -se quedó callado, jugando con sus manos. Se notaba que le costaba un mundo conversar sobre este tema tan delicado con alguien, en especial si era consciente de que existía una cámara grabándolo y que todo lo que él dijera, iba a ser presenciado por millones de personas en un par de semanas-

nte todo ese tiempo que no trabajó porque ustedes deseaban ocultar su relación? -Más que divertirme, esta entrevista me estaba matando

os hombros que se dejaban llevar por los estereotipos que la sociedad acostumbraba a tener. Él estaba llorando, frente a una cámara, al recordar a esa mujer que en un comienzo lo llenó de alegría y que al final, se dio cuenta de que eso no era lo más apropiado. Sí, los hombres lloran porque el hecho de ser hombres no significa que deban ocultarle sus sentimientos al mundo

ue ocultaba en el lugar más profundo de su corazón. Intenté recuperar mi

to terminó

culminar en destrucción -se limpió las lágrimas antes de continuar. Era un momento conmoved

pesar que ella y la relación que establecieron tiempo atrás lo dejó con un mal sabor

un romance verdadero, sin tanto drama ni finales tristes. Simplemente quiero que ella y yo seamos uno solo y que jamás se nos cruce por la cabeza acabar con nuestra relación porque nos sentimos muy a gusto con la misma. Esperaré a encont

encuentra ella? -Moví el

ipo de contacto el día

ntrevista lo más pronto posible y que dejara de verme con tanta insistencia-Es esa la lección que hemos aprendido junto al señor Reed. Abriéndonos su corazón, él nos demuestra que

después de arreglar

r a verlo ni un solo momento. Temía que intentara acercarse a mí de nuevo. Y no es que él fuera a hacerme algo,

a sin saber si debía regresarle a ver o huir como una loc

ar de segundos, me di la vuelta encontrándome con él a

algo? -Cuestioné enarcando una ceja y quise

guiñó el ojo seductoramente sin dejar de acercarse a paso firme y decidido. No se detuvo hasta es

de tartamudear y me pregunté qué carajos me estaba pasando en este momento. Tal ve

estas tres semanas, es debido a que estaba esperando a visualizar algún tipo de reacción de tu parte, pero, como no he visto ninguna he de suponer que necesito hace

mis ojos han confesado lo contrario-¿Qué le hace pensar que tiene

mis coqueteos, pero, veo que tus ojos no piensan lo mismo -dio un

ve a punto de reírme a causa d

cielo al mismo tiempo-besó cada una de mis mejillas y quise rogarle que no se det

a los míos. Entendí que no habría ningún problema si yo también le seguía el juego, debido a que n

us labios rozaron los míos. Era como una especie de obra d

contemplar lo que era capaz de hacer una vez que lo provocabas. Un segundo desp

evan Reed, mi

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