a el pesebre que mi tía había construido para los niños del barrio, el cual hasta el día de hoy se mantiene. Vi a un niño, no más de 10 años. Llevaba una ca
ras?". Eran las 6:30 a.m. El niño se levantó preocupado y con el rostro inclinado le responde: "Es que no tengo casa". Y Doña Albita, aún sin comprender la situación por completo, le vuelve a preguntar: "¿Y tus papás?". A
por primera vez a mis 8 años de edad quedaron totalmente marcadas en mí. Y pensé en mí: "¿Si mi tía no hubiese escuchado a su madre y me hubiese tomado bajo su manto, podría estar en la misma situación?". Luego pensé en otros n
pensar en qué estudiar, en mis opciones inconscientemente solo había carreras relacionadas con las infancias. Quería Psicología e irme por la rama Infantil. L
ser una buena carrera y aunque llevaba un promedio de excelencia, problemas personales, familiares y de ansie