ués de lo que había ocurrido con el mafioso. Él estaba completamente dormido a mi lado, su brazo envolvi
is amigos de la DEA. Era crucial que llegaran pronto, ya que estaba a punto de buscar
a pared, su mano firme alrededor de mi cuello. El miedo me r
ita infiltrada -dijo con voz amenazante-. Ca
istola, su mirada
gré preguntar con dificultad, mi voz apena
rmano. Tus hombres lo tie
cargada de ira-. Eres quien está en mi
te giraba en torno a la desesperación y la estrategia para escapar. Pe
a era clara y directa, pero también era un recordatorio de que debía
él mantenía su amenaza latente. La esperanza se aferraba a la
a su amenaza. Mis ojos se llenaron de lágrimas, no solo por el dolo
murar con dificultad-. S
ombra de duda cruzó su rostro, pero rápid
reconozco -dijo-, pero tu
una forma de aprovechar la distracción, pero el miedo era abrumador. Mientras su mano seguía
e un agente de la DEA apareció en el umbral, seguido de otros agentes armados que ent
o de los agentes, apuntan
masajeándome el cuello y respirando profundamente para recuperar el aliento. Mis piernas temblaban, pero me mantuve e
por los delitos
Advierte mientra
los agentes, su preocupación pa
temblorosa-. Solo necesito... sol
mano. Mi corazón latía con fuerza mientras esperaba, y cada segundo parecía una
o, pero vivo. Vamos a lleva
hausta, me dejé guiar hacia la salida, donde la esperanza
bía que aún quedaba mucho por hacer. La misión no había terminado, pero al m