uelta trizas, en el suelo de la oficina de mi nuevo jefe, había luchado mucho
que no me reconociera, pero eso se fue al traste, cuando vi su mirada, me había reconocido, no pude saber si lo que v
mucho-Dig
todavía no has hecho nada malo,
o.
abía que responder, ¿que se supone que debo decirl
e en un tono ba
ella noche, yo... Solo quería optar por una vida decente, el empleo de mis sueños, no fue mi intenció
intentaría trabajar olvidar lo sucedido, necesitaba con todas mis fuerzas salir adelante, no quería v
uedo marcharme-Digo seria, tam
andar divulgando mi vida con nadie, no quieres conocer mi lado malo, te enviare por correo unos
dos veces para salir c
oco agitada, solo a mi podían pasarme e
uscritos y todos los quería leídos para hoy, la mitad de ellos presentados con un informe, la hora del
in excusa, sino tendrás que presentar tu renuncia,
hoy, no podía negar que era bastante atractivo, sus ojos azules impactaban, era como si miraras el mar y sus profundidades, sus cabel
n su escritorio, no podía marcharme, tenía que esperarlo, me estaba m
léfono corporativo que me habían entregado esta mañana, al principio no me co
ta con la vo
lo moleste pero quisiera saber ¿a qué hora
anece en silencio, luego lo escucho reír a
tas en la
do no explotar, ¿acaso
te, no pen
istes, pues que se los haga a su abuela, cuelgo la llamada y recojo mis cosas, el teléf
toy en el lobby el pobre vigilante me mira con pena, seguro e
no había buses disponibles, vivía un poco lejos, intenté parar un taxi, pero fracase en el intento, así que decidí caminar, no habí
ar en el club, quito mi ropa para no resfriarme, pero ya es tarde mi cuerpo duele y el malestar aumenta, me