ce falt
espacho, ¿verda
erme pasado todo el día observan
os son sólo los malos. Los restaurantes realmente buenos eran lugares de armonía, donde todos trabajaban juntos y los comensales se lo pasaban en gra
aba sirviendo un plato para compartir de pato asado entero con verduras de
briagador olor. Era un perfume
con una cintura elegante y delgada, hombros preciosos, trenzas rojas y ojos verdes. Movimientos gráciles, c
amor en una habitación a oscuras mientras el mundo se quedaba quieto fuera. No había nadie como ella. Y ya no podía hacer nada, después de lo que le había hecho. Aún recordaba el
npasar. Necesito tu ayuda. No quiero nada de
o la vieja escalera de madera , había conservado con esmero el mobiliario original de La Rosa Azul . Al llegar al rellano, di la vuelta
que Jack sabía que significaba que iba a entrar.
su lugar, vi a mi socio, Acher , sentado en su esc
de la cocina sobre el regazo. Parecía un poco asustado, pero casi en cuanto lo vi, su e
a cabeza para los negocios, pero no podía igualar a Acher en s
Hace tiempo que no
odos los días,
n poco más temprano, m
artó un montón de papeles para su almuer
onantes por venir conmigo y mis amigos
do varios costosos viajes de "investigación de mercado" a Las Vegas. Pero tenía sus trucos. Si se estropeaba un aparato de aire acondicionado industrial y necesitabas uno nuevo, Acher te cubría. ¿Necesitab
sas tan emocionantes, ¿podrías hacer los formularios para ren
o haga , murmuró Acher
dije co
or ti. ¿Qué tal si lo haces tú mismo? ¿Antes de que empiece a e
momento, me pareció ver un destello de i
órdenes, amigo
no de sus elegantes pañuelos de bolsillo de la c
eras, y yo me volví y sonreí mientras Jack subía. Sal
te va,
Al menos si consigo que Ache
o, es que hasta los milagros son posibles
no paraba de pregunta
inocentemente, rascándose
ado , Le mir
lo estoy