img Embarazada del Millonario Griego  /  Capítulo 3 Capitulo 3 | 7.32%
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Historia

Capítulo 3 Capitulo 3

Palabras:1077    |    Actualizado en: 25/10/2023

y observó a Dante colocar una mano en su cintura. La bilis cas

a su lado. -¿Es

omaré unos

se acercó a ellos. '¿Qu

Hasan, señalando los vasos de chupito

rápida exploración del salón de baile la encontró sentada en una mesa

él se alejara y pusiera una sonrisa en

no de los dos pudiera responder, hizo un gesto al c

copas y corearon: "¡Memento vivere!", "Recuerda vivir", el l

lexionó Hasan, limpiándose la boca con el dorso de la mano. "Todav

se enamoraría?' Dijo Dante

la atención del cam

e sentían el uno por el otro se convirtiera en algo feo. Porque eso fue lo que hizo el matrim

s propios asuntos disfrutando el momento y luego siguiendo adelante con el mínimo de a

ntemplar el salón de baile. "Hay

ta de que esa modelo de l

ue era un

e era e

puntos a todas estas muj

para mirarlo. "Ni se t

os. "Sólo estoy hacie

no lo

a eso a Carlo. ¿Adónde vas? -añadió cuando Adrian

ar un poc

en?' Dante lo esta

bablemente tengo desfase horario. Ha

an fue al baño y se ech

sor de papel de darle

taba controla

pa y su problem

. Cuando la encontró, ella giró la cabeza en su dirección, como si un sex

ue estuvo a punto de golpear a uno de sus amigos más antiguos y más cercanos por un comentario inofensivo, se unió a la cel

de segundo antes de apartarse. Sin embargo, ciertamente parecía estar divirtiéndose, bailando con cualquiera que quisi

tadas, partieron hacia su destino secreto de luna de m

ridículamente degradantes que existen por irse a la cama tan temprano, salió del salón de b

escaleras hacia los dormitor

de nuevo. "Estás jugando con fu

qué estás

us manos a la cara de Adrian, golpeando ambas mejilla

No podía mentirle a su amigo. "

esa forma. Por

mplazado a la banda y la música retumbaba a través de las paredes. Había juerguis

s antes de volver a

sí lo atestiguaba. Casualmente les había preguntado a Dante y Hasan adónde había escapado su compañero mosquetero. Sólo podía e

s, que esté so

an las pos

al, sólo otra muesca en un pos

n sus historias a los tabloides, historias de lujuria de corta duración antes de ser descartadas. Algunos ha

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