onsideras esto
estudios de secundaria, sino que también era considerada como una destacada cantante por todos los que la co
ito de tus amigos no es ningú
que me siente en una
una oficina, pero sí
a Los Cuarenta?, ¿ser los teloneros de
iendo el tiempo en lugar de estar en una universidad, o trabajando en una empresa, como lo hacen tus hermanos mayores –su m
render lo que no me interesa para después salir a ponerme un traje de pañ
pasar de los años no solamente había perfeccionado su estilo, sino que había lograd
a –su madre siempre utilizaba el apellid
inado de expresarse para el momento en que abandonó la habitación
rla... Al día siguiente estarían abriendo el concierto que tendría como banda estelar a Los Cuarenta. Sería su primera experiencia en una presentación de esa magnitud, pero no solamente para ella, sino también para su banda llamada Los Cirujanos. Eran cuatro sus miem
o esqueleto de color blanco y su falta de calzado, no serían la mejor solución para contrarrestar el frio de la noche. Sin embargo, tenía tanta rabia que se aventuró a caminar descalza un par de calles hasta encontrar una pequeña tienda que, a pesar de la hora, aún se encontraba abierta. Le pidió al encargado un paquete de diez cigarrillos, desoyendo los consejos acerca de lo negativo que fumar podría ser para su garganta. Había aprendido a
y fumando... creo que eso
Era un muchacho de alrededor de diez y ocho años, de grandes ojos verdes, cabello crespo y oscuro, y una cara que no habría podido ser más atractiva. A pesar de estar pro
ella tratando de esc
su sonrisa era inigualable y lo hac
del agente 007 en las que el famoso personaje del servicio secr
esa en el rostro de Andrés superaba cualquier
to al mismísimo Dios... –Natalia no p
cantante de Los Cirujanos! –dijo
ocer. Según su pensamiento, habían sido contratados para abrir el concierto de la famosa banda gracias a la amistad de
ra imaginado que un miembro de la reconocida agrupación pudiese ser tan simpático. Sintió
bras parecían las de un profesor, su mirada, su sonris
guntó ella recordando cómo sus amigas acostumbrab
a los pies descalzos de Natalia–, lo último que qui
mostró su sonrisa, la misma que siempr
ía comprender a
... –aunque torciera la boca,
no, me imagino que e
oy la única –adhirió ella m
es podemos regresar al hotel
Andrés no dejaba de sonreír, era supremamente atractivo y parecía estar interesado en todo lo que ella decía, sin importar q
parte de Los Cuarenta, tu
i banda tiene futuro en este negocio –ya estaban e
eso sería un
Cirujanos
interrumpida por la presencia en el lobby de un agente de policía y dos agentes de seguridad del hotel, qui
obando –fue el comentario despreocu
teles lujosos se ven
as observaba al grupo de hombres saliendo a la calle
concentrar... –Andrés volvió a
era la persona de la que podría llegar a enamorarse. Con el muchacho que tenía sentado a pocos metros sintió algo diferente: era consciente de que estaba tratando con el que podría catalogarse como un personaje público, alguien que empezaba a ser reconocido en el mundo de la música, alguien que no se quedaba atrás de otros destacados miembros de Los Cuarenta como Mónica, la hermosa e inigualable cantante y pianista, Esteban, consumado baterista por el que todas las niñas morían, Patricia,
te concentras, es por
icia? –preguntó Andrés
refiero a
nterada de las vidas de los
crees que no podría estarlo? Y especialmen
iña tan linda esté pe
e tipo tan lindo tenga novia, fue el pen
la única, y gracias
o haya sido el único
i lo que realmente quiero e
rse –Andrés mostró una
roblema a mi carrera musical –la unión de sus labios torcidos con el meneo de
que te dediqu
o es un pasatiempo, y que debería estar en la unive
n serio... Solo es fijarse en e
as cosas serían diferentes –había empezado a jugar con la cadenita de plata que
valora a Los Cirujanos, p
son lo máximo, todo
... –dijo Andrés con la mirada
i mamá está de afán... –Nata
e gustaría pertene
todo joven músico, aunque
nombre en la lista
do de alguna clase
cipar en la audición para llenar ese cupo...No sé si estás enterada de que todo
juvenil... Creo que sería bonito, pero por ahora pienso qu
a mí me encantaría t
igo? –preguntó Natalia
vechas... –dijo Andrés compartie
provecho
puedo parar d
rtura de tu concierto –su pícara sonrisa la co
concierto si decidieras
a hacer parte de tu banda –dijo elle poniéndose de pie–, y ahora me v
–preguntó Andrés le
monita del trombón
el ascensor sin darle tie