e se sentó frente el
que pudo encontrar
todo lo que le parecía importante. Con las notas tom
r supuesto, estaba
, Jennifer Gold. Ell
de la inexperiencia e ingenuidad de las chicas para ganar dinero. Supuestamente, no era especialmente amable
en el jurado estaban
lexander
nocido por todos
as principales agencias
emás de una bonificac
ibía de él un contra
dos años, estaba cas
exiliada en casa. Hab
padre orgullosamente
sa fa
sus treinta años, er
vista, una pizarra en
él. Se había incorpor
sustituyendo a un dis
zo. Al parecer era bas
o de una gran cadena
milia no eran descono
rte de este imperio
lon
menores sobre asunto
que aparecía junto
informó de nada más
privada fuera de
treinta y dos años,
web pertinentes, tan
laba, llevaba en el pr
ba que se interesaba
so no era en lo absolut
tra
Lopez, el fotógraf
ya famoso internacion
no se hubiera fotog
antes, era un maestro
retas en personalidad
uar sobre su vida priv
na conocida actriz
eparto habitual, pero
a serie en segundo
antem
arde memorizando tod
ue Hart le había
abía sido la concur
rada, con di
ncursantes debían te
cepcionales se aceptab
escrito. Las fotos
bien formada, de pelo
te a la cámara. Habí
pués había desaparecido inexplicablemente.
e sospechó que su
smo. No había pruebas
mplicados no habían a
de la cena, Kilye dej
eguntaba si tenía alg
ograma. También se po
ajar, era igu
usiasmada con la idea
de televisión, pero a
y no había v
te, Kilye se dirigi
rensa. Tuvo que escu
us colegas, y luego se
e la distancia, había
odas las edades, des
Todas parloteaban y co
das, y a Kilye le hubi
y salir huye
paso entre la mult
entrada. Tras mostrar
amente, miró a su alr
frenética por todas
visto, la audición ya
an por delante de ella
e alegría, o bien ll
os pasillos hasta l
estuario de
», pensó molesta, «
lo
as cuantas chicas l
. Un buen número de m
unas semidesnudas y en
desarregladas en su
tras se sentaban fren
do de dar forma a su c
as, los asistentes se
ones e intentar manten
Kilye se detuvo a ob
a de las asistentes se
un vestido
ambiarte, te toca e
s! ¡A
artamudeó Kilye, co
r, y
ño, no tenemos todo
vehemencia la muje
mente l
o,
siva, ya puedes dej
tirando del vestido p
u sitio y subien
los vaquer
de que no tenía ni
mujer si no quería
se resignó a su suert
ndic
rde, sus pies estaba
ía una etiqueta clava
empujaron a través
ción c
n rápido que Kilye ap
colocaron en fila jun
mpujó una tras ot
e dirigió al hombre
o
voz más allá de
ilye recibió
es, parpadeando un
plandor de las lu