nto, Madison odió
os nada. Lo juro, fue un completo error.
uerta pero aun así lo intentó. Miró a
s muy divertido... Ver cómo todas las personas que atrapam
on y se posó justo
jo? ¿Jugamos co
es
fono camino a la parada de autobuses -. Necesi
os stripper
petito de hombres. Solo tú y yo haciendo cosas cursis tipo películ
es mujer, también se comporta como una per
tación de autobús, nos vem
utobús. Sin poder evitarlo se fijó en este chico, estaba vestido de negro, con las piernas largas cruzadas, llevaba puesta una gorra. Aunque en la parada
demonios hace una chica a solas
casualidad. Solo quería volver a casa, la paliza del día anterior aún ardía en su cuerpo, estaba agotado y deseoso de terminar
hica que había llegado hace un mome
n alzó la mirada pero no quitó el libro frente a su cara-, lamento mol
maravilloso color blanco. Era de altura promedio, su cabellos era castaño oscuro, casi negro y estaba recogido en
llamó su aten
en absoluto. Con disimulo bajó el libro sobre su regazo y meti
y descubrió unos ojos preciosos cristales. Literalmente parecía crist
to, no t
haste, estoy a un metro de
o el autobús. Nunca he estado aquí a esta
imo autobús sali
bas el transporte -dijo tomando asiento junt
ando a un amigo hasta
arde -bromeó y rio. El chico permaneció inmóvil, sin ninguna expresión. Si tenía algun
pera no era muy animado, así que di
reo que es mejor q
torpemente lo dejó caer esparcie
a por su auto-humillación. Se agachó a recogerl
sándwich a medio comer, un perfume bar
a recogido sus condones y se los ofrec
robablemente sexualmente activos. No había nada de qué avergonzarse, las mujeres también deben estar precavidas. El lado positivo de esto
axi. Mientras esperaba, el silencio la estaba volvie
! -mencionó
isc
s leyendo. -dijo m
a decir y volvió s
no es muy hablad
La verdad siempr
á bi
quiere hablar contigo». Pensó Madison
el taxi no tardó
ar contigo, que tengas buena noche -se desp
enta secuestrarte, ahórcalo desde allí -dijo guiñando un ojo-. Oh bueno, quien sabe.
opción de sentarme detrás del chófer -le guiñó un ojo de vuelta
, se fu
y atrevida»
sta mujer gritaba respeto y elegancia por cada uno de sus perfec
egañó así mismo. Estaba en un
del edificio, el ascensor estaba bajando. Retomó su posic
de Enko. Se levantó de la
-preguntó su padre quedándo
ivo ce
que hubo
e nos habían informado. Pero al
ajo. Solo tú eres capaz de disparar a esa dis
ban nada para él. Toda una vida complaciendo a ese hombre
e demostraré mi amor dejándote una semana libre. Esp
n merecido descanso. Una semana completa solo para él. Él y sus pensamientos que ahora se
dentificación olvidada debajo del asiento, se
oreó su nombre en sus lab
mbre. Veintiocho años de edad, abogada, sin historial delictivo,
parecidos a la vez. Él tenía treinta años, sin historial delictivo registr
formación que necesitaba de ella; dirección de habitación y trabajo. Y e