tás

a esto

aparente felicidad

uardo mis cosas y

te e

lla al cerrar la carpeta frente a ella, caminó hacia el lugar donde colocaba todas

siosa verlo entrar a mi oficina y, en cuanto lo hizo, me acerqué para darle un tierno beso en los labios. Cuando

que te guste el

l suyo, pero rápidamente Samuel apartó el cuerpo de Raquel, haciendo

mos en la

si tien

su mirada un

lencio por los pasillos vacíos. Todo el camino ha

tés mo

de abrirle la puert

toy mo

ué no has dicho n

uando como

s sin decir nada y por fin abrió la puerta

oncentrado aquella carta. La luz de aquel lugar elegante y hermoso hacía que sobresaliera más su porte, pero sobr

a sabes q

ntrada. Al ver que me había descubierto, dirigí mi mirada al primer platillo que leí y

s, Raquel estaba a punto de hablar cuando el sonid

Es una llamad

o!, ad

solo era su imaginación. Al sentirse un poco fuera de lugar en ese sitio, Raquel levantó su mirada hacia el

.. Gr

grosera. Exhalé admirando nuevamente el lugar, pero en esta ocasión con más detalle sin los ojos que me hipnotizaban y hacían que no

pa la t

egó con

a. ¿Está todo b

es, ella siempre me habl

qué

no sabía de la vida personal del hombre que cada noche probaba el dulce

encontraba cerca de su copa y acaricié un poco esta. Me sentí avergonzada al notar que cambió su sonrisa atractiva a una un poco in

i este fin de semana pod

cosas que hac

ativa, tratando de disimular el

ué disculparte..

decir un po

aspiras pa

emente una reunión para saber qué diablos quería hacer con mi futuro, per

d, espero

ue mantenía su mirada sobre Raquel se desviara hacia el sonido del celular. Intr

eguía viendo el celular; Raquel agradeció amablemente antes de que el

ar que murmuraban y sonreían viendo a Samuel, y en un segundo toda la molestia que había acumulado en tan solo pocos minutos brotó de ella, dejando el cubiert

y a mi

e que no solo había robado la atención de Samuel, sino

no te

quel aún en la misma posi

ue me quede? ¿Para q

Samuel, alejándola de s

o?, porque par

e levantó de la mesa

es

nces,

asa es qu

alo. M

estaurante; ahora ella ignoraba a Samuel que