miga y a la mujer que las guiaba con prisa. Al sal
mentos resonó en el aire, llenando e
ba, sin comprender lo que estaba sucediendo, obedeció sin rechistar. Se sentí
el caballo. Sara caminaba a su lado, tan confundida como ella. Los hombr
vestido de traje los recibió en la entrada. Cuando él volteó a
el caballo y el hombre extendió
suerte. Su prometido, el hombre con el que la ob
para obligarla a bajar del caballo. Z
casa, un laberinto de grandes
mesa grande, rodeada de otras mes
un hombre de aspecto solemne daba inicio
mpotencia, rabia, resignación. Solo las lá
salida. Su mirada se posó en su amiga, pero su primo, con una mirada
par su firma. Por un instante, Zeynep se
dad. Ya era demasiado tarde. Un deseo de correr, de gri
quiera alzar su velo ni entregar
tiempo, si no él tendría que levantar el velo, y en lugar de oro, tendría
abía solo mujeres, todas reían, las únicas con la
ia. Zeynep se sentó sobre un gran almohadón, observando el surre
rse a bailar, y la guió hacia su hijo. El novio se levantó, se acercó extendiendo
primo de Zeynep le impidió hacerlo. El comportamiento
bailaba, sus pasos eran extraños, si no fuera porque se en
la furia y el miedo la consumían. Las lágrimas ya
criado en Estados Unidos, sus padres eran turcos, sabía perfectamente que ese
comenzar a girar sus manos mientras movía sus pies hacia adelante uno t
danza. Sus ojos se cruzaban de vez en cuando, y en e
tierra y lo dejó caer frente a sus pies, un símbolo de
gnorándola. Zeynep permanecía petrificada, incapa
curiosidad y morbo, mientras su amiga, liberad
regresemos a la mes
de vuelta a la mesa. Zeynep se movía
or la humillación del baile. El vestido blanco, símbolo de p
costumbres, observaba con desdén la opulencia de la boda, un
platillo, el Dugun Corbasi, la famosa sopa de boda
evaron el borek que era de helva de sémola. A la pobre ch
Para ella, no eran más que una masa de fanáticos, esclavos de tra
lva de sémola, un postre que se sup
estín de mentiras. No podía haber suerte ni fortuna
e a ella, una montaña de comida q
do. Al levantar la vista, se encontraron con las mirada
de comida a sus bocas, una actuaci
los demás a bailar, Zeynep y
on gesto autoritario,
ántate te lo quitaré, tenemos que despedir a las personas que han venido a a
amiga, se sentía co
No le había dicho nada, y además tenía un novio
egar hasta Zeynep. Sin embargo, el hombre que la había detenido antes se
mis padres, será mal visto que los interrumpas, así que aquí te quedas. -Le dijo mal encarado, la ch
amente a ver a su nuevo esposo, notó que él también estaba intentando forzar una
asarse con ella, quizá podría conven
ron, uno a uno, besaban la mano del gran jefe y su esposa, la ch
queden solos en casa por tres días, vendrá una persona a prepararles los alimentos, ya sabes lo que tienes qu
o y después la de su padre llevándola a s
ó, pasó al lado de Zeynep sin poder decirle una sola palabra, solo se le que
nos, lo mejor era mantener la calma ante una situación como esa,
ahora esposo se dirigió a Zeynep para ord