la situación, Jeremías se acercó a Dixon. Fingiendo una voz aterrorizada
día entenderlo. Ya que a menudo, Jeremías bromeaba con Dixon y le llamaba "doctor". Sin
que las chicas deben ser mimadas, por eso actuamos como tales, acostúmbrate", luego miró a todos en la sala y continuó: "Además, la jefa va a todas part
"Seguro, ella puede pagar el lugar, pero ya sabes, se necesita reservar para entrar en el quinto piso del edificio Alioth. ¡No podemos sim
preciar a Debbie, simpl
guidos, los llevaba al quinto piso, y él hacía la reservación con una se
título de Sra. Hilton nunca había significado nada para ella, hasta ahora. Cuando Debbie vio a Ca
rlos había comprado valía ciento treinta mil. Los otros productos que Em
idad; a pesar de eso, Debbie solo tomaba una parte ya que era una estudiante y no necesitaba t
e labios. Sin embargo, Carlos lo había comprado apenas esa mujer lo mencionó. Teniendo
ciando, ¿por qué no disfrutar la vida
upados por ir al quinto piso del edificio Alioth, D
o gasto', sonrió Debbie. 'Está deci
u bolsillo, marcó el número
o, deliberadamente aclaró la garganta, para llamar la atenci
lí?", preguntó Debbie mientras se
nica que respondió fue Kristina, quien con cau
y respondió con una sonrisa, "Al quinto piso del Edifici
eraba pacientemente a qu
ró en el hombre que salía. Era difícil ignorarlo, por su a
era difícil coincidir con él. Pero, desde que le pidió a Philip que le entregara a Carlos la solicit
eparaba esas coincidencias, Debbie pensó que tal
as entrar aquí?", la voz de Car
pensamientos y prestó atención a la situac
respiró hondo y respondió: "Sr. Hilto
a los estudiantes universitarios que estaba allí. "Emmett, puede
uien se divirtió cuando escuchó la orden de Carlos. 'Me ama tanto que lo h
. Hilton de esa manera?', reflexionó E
an a Emmett, quién no se mov
ia" no exitía en el diccionario de Carlos, quien inmediatamente lanzó una mirada sombría a su asiste
soluto", Emmett se puso ner
to de pronunciar, Debbie le guiñó un ojo
mmett', Carlos se burló calladamente, luego miró a su asistente, y le advirtió con tono sombrío. "Emmett, las miradas pueden ser engañosas.
a entender lo que realmente estaba pas
preguntaba, '¿Y por qué haría comentarios tan crueles sobre ella?'. Por l
do ese comentario sarcástico de Carlos, po
le respondió con burla, "¡Por favor, madúrese, Sr. Carlos Hilton! ¿Por qué insiste en actuar como un niño? Ese beso fue un accidente". Acercándose unos pasos, Deb
, ella fue la que salió perdiendo porque era su primer beso. Sí, Carlos era su marido. ¿Pero qué más daba eso? L
igas, jefa. Cálmate, el Sr. Hilton es un hombre poderoso. No deberíamos meternos con él
rsona. No había forma que Debbie escuchara en silencio una ofensa. "Como dices que soy indecente, con ese beso también te ensuciaste", De
una pareja normal, eso hubiera sido rom
o ante los comentarios sarcás
sar a Carlos Hilton? Lo que es más, ¿quién en su sano juic
so intentó controlar las cosas, ya que podría perder su trabajo debid
arlos mejor que él
entimiento. Si ella pudiera, desnudaría a Debbie y la lanzaría a los tiburones ahora mismo. Si no fuera
ras gritaba de frustración, '¡Necesitaría de mucho cora
a dijo, la Plaza Internacional Shining, de hecho, pertenecía al Sr. Hilton; y mientras el divorcio no se concretara, Carlos y
omo si estuviera mirando a alguna comida deliciosa. Sin embargo, al escuchar el comentario de su amiga, rápidamente se recuperó de sus pensamientos inde
pués de recuperarse de la conmoción, Debbie se percató de lo inadecuado