calles y obliga a toda la población a permanecer dentro de sus casas. Las calles vacías, los espaci
de que el mal tiempo no les arrebate por lo menos, el deseo de divertirse mirando una buena película comiendo palomitas acompañados de una
a hoguera, del deseo. Dos almas extrañas por alguna razón se han encontrado en ese espacio, en esas cuatro paredes, sobr
s se aferren con fuerza a su cabeza, a sus recuerdos. Su miembro se encaja en el suyo como si Dios los hubiese creado para
tirse tan profundo, de tocarse, de amarse. Los machos de cabello de ella caen sobre el rostro de él que se encuentra tendido en la cama mientras se
a uno sus gemidos. Sus piernas se entrecruzan en la espalda de él mientras que cruza sus manos por detrás d
eseo t
escucha en el ambiente el ruido de sus fluidos mezclándose, esa exquisita melodía que e
mo sabía su nombre, quién se lo
po y al abrir los ojos ve frente suyo como todo se desvanece, como el extraño. Se pierde baj
m? – le dice Bru
por el sueño que acababa de tener, un sueño
hoy volveré tarde a casa, tengo reunión con los Itali
era", cuyas franquicias en Estados Unidos, Italia, México y España le
enalista que no solo atendía casos de grandes figuras nacionales, sino que también llevaba casos de grandes artistas internacionales por lo que su trabajo le permitió conocer varios países del mundo y en uno de sus viajes a Es
io. Con ella trabajaba Silvina, una mujer alta de cuerpo de infarto con cabellos por la cintura color chocolate, ojos de color verde y un lunar en el pómulo derecho que la ha
ecía con su respiración entrecortada, el cuerpo caliente y toda mojada. Algo de la situación le intrigaba, ese muchacho le llamaba la atención y todo lo que en sus sueños le h
sos sueños.? – bastó con solo mirarla a los ojos para saber la respuesta. – ay amiga, no más qu
etida. – le responde ofendida a su amiga aunque la realidad era qu
oy tenemos la cena
mañana? – preg
nizando todo estas últimas sema
inos? Estaba a punto de cerrar un negocio importante, un proyecto que llevaría a uni
olv
misma me encargué de los últimos detalles. –
haría s
luego de darse un fuerte y sentido
ires un muchacho de unos veinte años se despierta sudado
bien no perdía oportunidad de llevarse a quien quisiera a su cama últimamente se había obsesionado con es
fiestas y con mujeres, gastando el dinero de su abuela en vez de estudiar una carrera o trabajar en algo. Dante había cre
er irse de mochilero por todo el mundo. Sabía que era cuestión de semanas o de días para hacerse del dinero que le correspondía y no es que no amara a su abuela, claro que sí pe
dormir?! – le grita su hermana lu
mojada. - ¿Por qué lloras? – al darse cuenta de la expresión en su rostro es que
ahora había quedado completamente huérfano. Con solo tres años de edad, se había queda
los trámites necesarios para el sepelio. Ella antes de morir les había hecho prometer que no
orir eligió la Nana.
o frío y lluvia. Creía que era romántico. – recordaba con una sonrisa Silvana.
or eso tenían una relación casi de amistad, porque a él le generaba mucha confianza su
ora se hagan presente en mi despacho para hacer la lectura del testamento, dado que el que ustedes conoce
los son los últimos en enterarse? Pero todo tenía una explicación y no debían esperar mucho p