es. La presencia de Valeria había sembrado una semilla de incertidumbre, y mientras el estu
de vuelta a la noche anterior, a un sueño que había tenido. Era un sueño tan vívido que casi podía
un ambiente mágico, y la música de fondo era una tierna caricia de violines y piano. Alejandro, vestido con un
Alejandro, tomando su mano suavemente sobre la mesa. Sus palabras eran como un
siempre he soñado - cont
cender el tiempo y el espacio. Le parecía conocerlo desde siempre y haberlo extrañ
he era perfecta. El murmullo de la fuente cercana los arrullaba y la brisa juguetona de otoño arremolinaba la
a ancho y robusto y sus ramas parecían extenderse sin f
Contigo, todo parece tener sentido, cada cosa que he soñado. Cada experiencia en mi tortuosa vida, ca
ojos llenos de lágrimas
que mi destino está a tu lado -. Dijo, y se inclinó hacia él. Sus la
realidad. La incertidumbre de la situación actual la golpeaba con fuerza, pero el recuerdo del sueño avivaba una ch
entaban en un tenso diálogo. La atmósfera se volvía cada vez más sof
intentando mantener la compostura. Su voz apenas lograba ocultar la f
ialdad, sus ojos fijo
ener - Susurró y en sus palabras, Alejandr
abios con una mueca
bes que podría beneficiarme, y estoy dis
ondo, tratando de m
qué? - pregun
ndolo de regreso a recuerdos que había intentado, con todas sus fuerza
tre nosotros. Sabes que aún tenemos química, Alejandro. Pu
un escalofrío rec
nder el temblor en su voz mientras sus vist
. - Entonces, haré que todos esos secretos de la fusión salgan a la luz
e al margen y permitir que alguien como Valeria interfiriera en lo que apenas estaba comenzando
latía con fuerza mientras intentaba comprender la magnitud de lo que estaba e
ijo Lucía, su voz firme y su expresión calmada ocult
mirarla. Valeria levan
e tienes una admiradora, Alej
elante, decidida a n
o, pero no permitiré que interfiera en nuestro trabajo -dij
decidió que era momento de ser honesto, si querí
esó, entre dientes. "Pero eso fue mucho antes de que me
jada que resonó en la s
te quieres, Alejandro?- L
eal. Con una mujer que no tenga miedo de decir lo que piensa, con alguien que sepa apreciar la vida de una manera especial. Alguien
lo miró
n volver a mí. Veremos cuánto dura tu resolución- dijo ant
se por la confesión, apr
r ahora?- preguntó
fijamente a
de que ella los revele. Es nuestra única oportunidad de man
más. Inclinó la cabeza, la agarró por la cintura y, con
alrededor parecía desvanecerse. Cuando finalmente se separa
- susurró Alejandro. - Contigo
no había fuerza en el mundo ca