img AMOR VENGADO  /  Capítulo 5 5 | 45.45%
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Historia

Capítulo 5 5

Palabras:3413    |    Actualizado en: 30/10/2024

r

s siguen los dos navíos acadios, transportando unos cien soldados comandados por el rey Sargón. Acaban de dejar atrás la desembocadu

que deseaba retornar al lugar donde vivió su inf

o sí teníamos... La otra opción er

ues, entiende que la decisión de dejar a su hijo a cargo del reino sumerio fue la más acertada. Gera sonríe porq

ina que lo realmente extraordinario, serán las aventuras que la están aguardando... El viaje ha sido largo, no obstante, Gera, en base a la velocidad con la que avanza

.. ¿estam

o pasa mucho tiempo para que sus bellos y extraordinarios ojos alcancen a divis

indica a Dayanna, ap

istar la isla, da la señal a las dos embarcaciones acadias, las cuales, según lo determinado, se apartan para arribar a la isla

s en todos los frentes. Gera ha dispuesto que dos de las naves se sitúen en la entrada de una desembocadura que conoce muy bien, la cual divide la isla en d

s completo y en total tranquilidad. No se imaginan que muy pronto esa paz se verá interrumpida..

, te traigo muy

las embarcaciones a las islas de Creta y

tes! -ordena el soberano a un

omandantes, incluida Baltia,

go por fin ha acudido a nuestras señales,

rcos mercantes? -cuestiona uno de sus comandante

una vez un barco

mpre han viajado con su rey al frente. De manera que, sin más pérdidas de tiempo, se hacen los preparativos. Atom decide llevar consigo solamente a un tercio de sus fuerzas (aproximadamente treinta mil soldados). Un núm

pañado de Baltia. La hermosa y extraordinaria guerrera se ha ganado el respeto y la sumisión de los soldados, sean egipcios o mercenarios contratados. En esto no tuvo ninguna influenc

, existe algo dentro de ella que no la deja sentirse del todo bien consigo misma; porque sabe que está acudiendo a atacar a sumerios y, sobr

embargo, todo este tiempo desde que salió de su hogar y recorrió el mundo, solo encontró sufrimientos e infortunios. Esta desventurada situación por la que tuvo que afrontar, poco a poco la ha ido cambi

r la cabeza de su principal lugarteniente, se encuentra muy complacido de tenerla en sus filas. En ambos prevalece el respeto, pero también una extraña e inexplicable sensación de atracción y afinidad... Se trata de un efecto que ninguno de los dos consigue co

nuestras fuerzas, navegarán por un extremo. Mientras el resto lo hará c

de su líder. En la isla, tanto sumerios como acadios,

Tal parece que estamos solos

isión, puesto que no veo razón alguna para cont

alerta, ya que su inigualable intuición le indica que algo muy grave es

sucede

ita el vigía aposta

ue, conforme se van acercando, empiezan a separarse y a mostrarse más de un centenar de enormes navíos egipcios. Ha divisad

cadura en las otras dos naves, de prisa!!! -ordena la guerrera, p

ya la conoce, pues la ha visto en acción; por consiguiente, entiende que en estos

án esperando

igo. Sin embargo, el enemigo ha resultado ser más astuto de lo que han supuesto, ya que, al estar a punto de salir por el otro extremo, son intercep

a derecha. Sabe que esta parte de la isla es más extensa y acci

dispuestos a luchar hasta lo último. Sin embargo, las fuerzas de Atom son abismalmente superiores, los cuale

piedad de nadie!!! -vocifera Atom

a instancia su avance. No obstante, el número de bajas sufridas resulta insignificante en relación a la cantidad de soldados con los que aún cuenta; por lo que esta acción preocupa m

dados por Baltia. Alfenón mira a la retaguardia, con preocupación contempla el otro inmenso ejército que se aproxima hacia ellos. Echa un vistazo a Gera y luego a su amada h

. Y así lo harán. No obstante, la bella y valiente muchacha, con los dientes apretados, no manifiesta señal alguna de arrepenti

ncos que se les aproximan. Estratega como siempre, entiende que dividir sus flechas de defensa solo conseguirá que ambos bandos enemigos lleguen hasta ellos

en sus flechas hacia

jar de avanzar; con sus escudos intentan protegerse para evitar ser ensartados por las flechas que caen sobre ellos. Algunos lo consiguen, otros

tando Alfenón, al contemplar al ejército de Atom que se e

r. Pero no hay otra salida que tratar de romper las líneas enemigas comandadas por Baltia. Bajan hasta encontrarse con el enemigo y produciéndose el enfrentamiento, esta vez cuerpo a cuerpo. Gera,

simplemente extrae su arma del vientre de su víctima y continúa avanzando. Luego, un segundo enemigo arremete contra ella o mejor dicho intenta hacerlo. Porque esta, con extraordinaria velocidad, saca su daga y se la arroja clavándosela en el

ra y Alfenón, pero estos se encuentran combatiendo a unos sesenta metros de ella. Además, están rodeados de enemigos qu

e, se encuentra con Apolinum. El capitán, espada en mano, la mira dudando por un instante en enfrentarla. Algo extraño sucede, porque el

de la temible guerrera. Baltia lanza un golpe buscando el cuello de su rival, pero su espada se rompe en pedazos al estrellarse contra la del sumerio (la espada de Baltia como la de todos los egipcios aún son de bronce).

e una patada en la cabeza que, de no haber sido por el yelmo, hubiese resultado mortal para el sumerio. La guerrera rápidam

nstante; tiempo suficiente para salvarle la vida... ¡Una tremenda patada voladora se estrella en el pecho de la guerrera, arrojándola varios metros y haciéndola rodar por los suelos! Salvando de la muerte al sumerio. Apolinum alcanza a observ

asegura Dayanna, mientras coloca su mano en el pecho del malo

ponder y hacerla pagar por tamaño atrevimiento. Jamás una mujer había sido capaz de hacerle frente. Es por ello esa presunción de superioridad h

til, porque el enemigo se encuentra en todas partes cerrándoles el paso. Con Apolinum aún en el suelo, el combate entre las dos empieza. Baltia salta sobre Dayanna tratando de propinarle su mortal estocada, pero la joven es extraordinaria

crepa desafiante Dayanna mofándose, tratando de enfurece

ue aprovecha Dayanna para esquivarla y al mismo tiempo propinarle un pod

núa mofándose de su rival, evid

. Ambas rivales, espadas en mano, hermosas pero temibles, se miran frente a frente estudiándose. Por primera vez es Dayanna quien toma la inici

ando la estocada y golpear con el pomo de su espada el rostro de Dayanna, derribándola. Ahora es el turno de Baltia para mofarse. Con la

e abalanza contra Baltia, la cual tapona y esquiva las constantes arremetidas de su rival. Dayanna no está dispuesta a darle tregua, por lo que continúa atac

los dos prisioneros a nuestros barcos! ¡Deprisa...!

equeño grupo de soldados, retiran del

lfenón, al contemplar con impoten

ldados, pero un cuarto lo ataca por detrás, derribándolo e hiriendo. El soldado egipcio se apresta a terminar con él, pero una daga vuela por el aire clavándose en la garganta del egipcio. ¡Gera la ha lanzado! A

s hombres para continuar luchando! ¡Si deseas volver a verl

razón. En sus fuerzas quedan ya menos de veinte soldados entre sumerios y aca

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