os todos! -le grita Gera, h
a divisar a su hija. Y..., sin más remedio, se resign
cuentran en el otro extremo! -pregunta Sargón, mientr
de la muerte, la cual parece ser inminente. Gera conoce la zona mejor que nadie, y se encuentra pensando en alguna alternativa que pudiesen tener, pero es inútil, no encuentr
n que tienen es parapetarse y luchar hasta morir. Resignados a su suerte, se refugian entre las rocas dando la espalda
s no nos po
verles las caras a nuestros verdugos -responde el val
ncu
Más atrás, parado sobre una pequeña colina, alcanzan a divisar la figura de Atom, la cual, de
ra llegar hasta su líder! ¡Tomarlo prisionero puede
e intentarlo, aunque saben que esta será una misión imposible y suicida... Pero antes de que terminen de recobrar el aliento, los primeros soldados egipcios llegan y los atacan. Gera y sus pocos compañeros valerosamente se defienden como pueden. Sin
llenos de brea vuelan por los aires unos tras otros, cayendo y estrellándose contra las rocas; esparciendo el líquido inflamable, impregnan
es bolas de fuego que caen sobre ellos. Los egipcios se encuentran aterrorizados y confundidos, porque no saben cómo escapar de la muerte que desde el cielo llega
este tipo de ataque; puesto que su plan siempre estuvo basado en arrasar en tierra; aprovechando su inmensa mayoría numérica. Atom, masc
sabe que todavía cuenta con un poderoso ejército, el cual en números es más que suficiente para eliminar también a estos inesperados in
s sumerias y acadias. Alfenón, al igual que sus ya escasos compañeros, se encuentra heri
ensando lo
, le sonríe moviendo
¿Quiénes creen que son lo
inmediato salen de su escondite para mirar a las
la guerrera, con una amplia s
ñado de una veintena de sus legionarios. El resto se queda p
les, al observarlos en ese estado tan deplorable; aunque
al ver a Heracles, pues este es ahora más alto, además de que su musculatura ha aumentado y se ha convertido en una copia del Zeum original. Pero este no es Zeum, es su amado Heracles,
í que nunca más t
tras... Ya no deberías estar en estas acciones. Por ello dejé mi lugar al tonto ingen
encontrarl
Sumer reemplazando a tu padre -le
que a tu lado él siempre estaría feliz y seguro -m
l enemigo pronto estará sobre nosotros! -intervi
ión del legionario lo
.., debemos rescatarlos! ¡No
ella y planifiquemos el rescate de ambos. Si continuamos pe
más pérdidas de tiempo, suben a las dos embarcaciones. De aquella desventurada aventura, solamente han logrado sobrevivir: Alfenón
ada con cuatro catapultas, las cuales se encuentran montadas sobre fijos ejes, lo que les permite girar para cambiar de dirección hacia los cuatro costados. En ambos lados, se
stío -menciona Heracles a la guerrera, respondiendo con esto a la
iempo para má
emos tres naves e
irige a la pr
ma alarmado, al contemplar al resto de las naves qu
hacemos,
se encuentren a distancia de tiro, utilicen las catapultas y l
omo esta. Es por ello la determinación de Heracles. Gera observa la velocidad que desarrollan estas naves. Entiende que a este ritmo, los barcos que se enc
a de que este se ha convertido en un magnífico líder. Pronto las naves egipcias se encuentran al
¡Disp
ndo por arriba, rompiendo el mástil de una de las embarcaciones enemigas inmovilizándola. La última roca da en el blanco, lle
pación, de modo que direccionan las catapultas hacia las embarcaciones que aún pueden responder y atacar. Las cuatro rocas salen disparadas hacia sus o
velocidad a uno de los enormes barcos con la intención de embestirlos. Los que se encuentran sobre la embarcación, con terror se dan cuenta del inminente choque. Intent
enemigo. Por la tremenda colisión, la proa y la popa del barco destruido, golpea y ahoga a muchos soldados que se encuentran en el agua. Las dos en
los observan con actitud de pocos amigos; como manifestándoles y haciéndoles entender de que los dejan vivir, simplemente por lástima. Ahora
n toman las cuerdas que les alcanzan sus compañeros para subir a los barcos. Ya en cubierta, relatan con asombro y espanto el ataque y la embestida a sus barcos. Incluso,
erseguirlos para enfrentarse nuevamente a estos extraños y poderosos guerreros. Sin embargo, no se atreven a manifestar su miedo, porque el temor a s
onte. Atom se encuentra enfurecido por no haber podido eliminar a sus enemigos cuando ya los tenía a su merced, pero está seguro de que no ser
ue permanece al lado de Heracles, no tiene necesidad de preguntarle el rumbo, pues sabe que es a casa. Heracles y Gera bajan al camarote para ver a Alfenón y a los demás, los cuales acaban de ser limpiados y curados de sus heridas. Alfenón es uno de los heri
ás imaginé tal sorpresa! -exclama maravillado, sin
untas sobre su hija; también por Leuce y de todos los demás. Si
bas deben ser muy hermosas. Y, si permitieron que Da
no les hará daño. Los dos prisioneros no son su objetivo, pues es a nosotros a quienes él quiere. Es por ello que los necesita vivo para utilizarlos como señuelo. Ese maldito nos quiere allá, y nosotros vamos a darle su gusto... Gera y
n? ¡Por supuesto que cuentan con el ejé
placidos ante la pro
a tiene aún cier
ayanna? ¡Es una gran luchadora! La observé y definitivamente no es
inguno la había visto jamás, pero lu
uerdan
eliminar la plaga en Tebas, el cual f
o a Bartos con él. Este legionario, antes de dicho viaje, llevó al palacio a una mulata para que quedara bajo nuestro cuidado. Pero, luego de unos dí
ad a una mulata, pero esta guerrera
al de aquella mulata, aunque esta guerrer
guerrera. El rey acadio, luego de prometer su apoyo, se encuentra en silencio pensativo, acostado en su pequeña litera; algo alejado del resto. En este poco tiempo que ha pasado al lado de ellos, ha exper
imo y le hagan cambiar su carácter; sobre todo en su abusiva forma de gobernar. Un buen indicio de este cambio de actitud en él, fue su inmediata aceptación para inmiscuir a su ejér
pitán sumerio Apolinum, ha sido trasladado a otro barco. Atom deduce que, pese a perder a miles de soldados, para él, la batalla no fue del todo una derrota; puesto que ahora t
do? ¿Los seguiremo
s, podría ser encontrada y asesinada; y eso es algo que no podría permitir. Atom, ajeno a lo que pasa por la cabeza de su lugarteniente, continúa-. Por ahora no tenemos cómo responder. Pero..., he observado detalles muy interesantes en este barco, los cuales podemos copiar en nuestras flotas. También vamos a fabricar
cción, provocando alivio en sus tropas por no tener
e todas nuestras naves. Yo haré
abe que estos últimos guerreros que llegaron en defensa de los sumerios y acadios, "son legionarios al igual que su padre"