filtrarse entre las copas de los árboles cu
nos. Pero la aguja seguía apuntando en direcciones
las plantas medicinales en uno de los ecosistemas más inexplorados del país era su sueñ
las hojas bajo sus pies parecía más fuerte de lo habitual, y los murmullos del viento le
y encontraré el río -dijo
contrarlo, estaría a salvo. Sin embargo, a medida que avanzaba, el aire se t
ido hizo que se d
dad. Miró a su alrededor, buscando al animal que lo había emitido
illos. Era más grande que cualquier lobo que hubiera visto
amente, sabiendo que
ó, aunque el temblor en su v
arse más, otro sonido rompió el silencio. Un silbido ag
ia el origen del sonido. Luego, sin más, desapareció
tó Lucía en voz alta, aún con e
minando con una calma desconcertante. Vestía una camisa negra ajustada y pan
quí -dijo, su voz gr
paso, apretando la moc
res? ¿Qué
e la cabeza, como si evaluar
que no es un lugar seguro par
ir -replicó Lucía, sintiendo que l
dio un paso hacia ella, levant
daño, pero necesit
no eres tú quien acaba de en
nque sus ojos brillaban con al
igues caminando sin rumbo, podr
untó, cruzánd
ió él, extendiendo u
ue Caleb fuera peligroso, pero había algo extraño en él.
e, aceptó
más te vale no in
que. A medida que avanzaban, él parecía saber exactamen
-preguntó él, romp
investigando las pl
gar complicado
nfrentarme a lobos y extrañ
isa, el sonido profund
e tiene sus
ntó ella. -¿Qu
o, como si estuviera cons
estoy aquí pa
e q
es no lo
o antes de que pudiera preguntar más, llegaron a u
agua. -Sigue el arroyo hacia el est
l arroyo y l
enes co
cruzar e
r qu
pertenezco
go en su tono le hizo entender
almente? -pregu
os dorados reflejando algo más
e no deberí
un paso atrás, desapareciendo entre las sombra
o que acababa de ocurrir. Finalmente, decidió seguir el arroyo, pero no
el impulso de seguirla. Sabía que su mundo y el de Lucía no podían mezclarse