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Historia
Rosa Roja y Rosa Blanca

Rosa Roja y Rosa Blanca

Autor: Maryza
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Capítulo 1 CAP 1 - PARTE 1

Palabras:2210    |    Actualizado en: 17/01/2025

Lo

uestro reino. Al parecer, todos estaban disfrutando de la fiesta de gala que ofrecía mi

el marco de mi ventana, a través de la cual veía un po

un lindo vestido..., zapatos bonitos, arreglada y... -pienso y suspiro- lo que daría por ver a Williams

tarle cómo era más allá de nuestro reino y si el nuevo rey de Lancaster era así de cruel como decían las personas que trabajaban en palacio o si solo eran rumores. Tenía tantas pr

evamente al ver el salón

ncuentro parada frente a mi

eso. Suficiente con tener una hija débil, fea y... bastarda -susurro con total normalidad, después de la infinidad de veces que había escuchado eso de él, de Clarence, su nueva esposa y

cómo alguien empuja la puerta, me aparto de

só a

tirarme un vestido y pa

? -pregunto m

l rey dio la orden de que te asearas, te p

habitación muy emcoionada, mientras giro con mi vestido en manos-. M

lesta al empujarme- ¿No

ento mucho; disc

a-. En fin, cosa de ricos -termina y sale de la habitación-. Me avisas cuando hayas ter

mirar mi vestido y me

y sentía que me hacía ver, al menos un poquito, como mi hermana o sus amigas, quienes eran verdaderamente hermosas. Aunque

y, para mi sorpresa, ingresa una de las amigas de Lawrenc

ada de que seas la mujer más herm

imposible; que no podía asp

encargaré de ello! -excla

lo había pensado; no

sensación del baile -afirma muy segura; y eso me emociona mucho

idió esto? -pr

ero fue Lawrence quien me pidió que me

n s

esta familia, Lawrence te ama y se preocupa

en ella y espero an

pido después de

o confía en mí. No podría

arla, pero sé que la he incomodado-. Lo l

os zapatos -precisa al enseñarme uno

s que son

s, son los que se

o podría ser en la puerta del salón. N

precisa sonriente;

salón. La música se escuchaba cada vez más fuerte; era a

o aquí. Olvidé algo en l

rarte; no t

. Ve y disfruta del baile. Sé que se

gentil y quería abrazarla, pero

tiempo, ve. Nos

-contesto;

ba cerrada y no me dejaba ver nada aún, pero podía escucharlo

ura, era mi lugar seguro; sin embargo, la enorme necesidad de ver a William

abiertas lo decían todo. Eso me hizo sentir muchísimo más nervios

ado Olivia estaban matándome con cada paso, pero yo tenía que dar mi mejor esfuerzo. Qu

lo arruines ahora", me suplico a mí misma en cada paso que doy; sin embargo, no me percaté de unos esca

ía dado otra oportunidad y, nu

res, Loriel

r por la vergüenza, no podía

os. De pronto, mi mirada va a mi padre y él mant

e pronto, estallan en risas, pero se callan rápidame

re,

inesperadamente tomó mi braz

pá,

padre! -grita muy fuerte delante de todos-. ¡

... lo si

callado con una bofetada y así d

pá,

to cuando veo que ha vuelto a alzar su mano para

os la comidilla de todo el reino.

renc

público. Te lo suplico;

ordena; y la mujer se aleja-. AHORA TÚ -se

r favor,

oy tu padre. Si te tengo aquí e

por fa

mi vestido, que no sé cómo lo obtuviste; seguro lo robaste de mi pieza de algún modo, pero ya no importa. Total, no te queda para nad

ro. Me dijeron que papá había dado la orden de que

llamando menti

no, no e

r si este es el martirio que debo pasar. ¡GUARDIAS! SÁQUENLA DE AQUÍ -ordena; y muchos de ellos vienen a mí para sacarme del salón y llevarme a mi habitación-. ¡NO! CREO

rás siendo muy du

Clare

ie allá afuera, ¿cómo va a vivir? Solo castígala con rudeza, sé que eso

e corazón, pero es una orden del rey

o que no,

quí! -repite la orden; y sus hombres

favor! ¡Lo s

E! ¡JAMÁS LO FUI

SU MAJESTAD!

DE SACARL

e lágrimas cuando empiezo a forcejea

de trabajo duro me hicieron u

as horas del día, puedo ir al campo, evitaré cruzarme contigo o Clarence o Lawrence; ni siquiera pensaré en vo

mujer -ordena con

había sido testigo de ello en mis primeros años y, aunque él lo quisiera negar con su odio e ira cada vez que

ños y, desde entonces, no había día que no lo usara.

fav

dades, no te daré una

solicito suplicante con lágrimas en los ojos al haber ac

nterviene Lawrence-. Seg

ho pedazos. Jamás en mi vida imaginé que sería t

ción, saque sus cosas y se la

-respondo entre lágrimas y l

nen a ver la forma en la que soy desterrada. Uno de los gu

en echarla -señala uno de los

n, pero no sabía cuál era; no obstante, me gustaría averigua

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