li
elación ya no tenía para dónde continuar, de hecho, y como me dijo la pulga, nunca lo había tenido. Desde
ería eso. -Siempre me porto con esa rubia como un completo romántico, aunque no lo demuestre d
creo que llegara tan temprano, y debíamos entrar en la sala de espera a las ocho. Me entregaron la car
después. Si Adara no... si tuviera un niño o niña llamándome papá, brincaría en una pata. Espero que Eros pueda ver lo que
. Yo también he cometidos errores, en mi vida tengo el arrepentimiento y era consciente de qu
sado, por momentos pensaba si su partida de esa manera fue para que la familia no se entera
os la veían como un ángel, y físicamente lo era, pero yo la conocía, y era un demonio. Uno que h
tima vez se revivió como si fuera ayer y no hace más de cuatro meses. Su cuerpo desnudo debajo del mío era precioso, sus senos a la
iciones, le gustaba darme el mando, -esas eran las actitudes de Adara que me desconcertaban, había te
instruyendo. Durante el proyecto en el Amazonas, podía comprender su actitud porque era virgen, ¿pero ahora? -.
de odiarla y lo cierto era que cada día inocula más en mi torrente sanguíneo. Eros siempr
puede que haya tenido motivos para abortar, pero fue su indiferencia, su frialdad esa tarde c
os una oportunidad a eso que se gestó en esos seis meses en que la tuve, en la que fue mía, ella me dejó ver a una preciosa mujer. D
ra tenerte cerc
trarse y ahí estaba esa preciosa rubia, con su cabellera ondulada que terminaba en gajos, miraba su celular, me oculté
legante, como mi madre y mis tías; a las L'Charme las caracterizaba la elegancia para vestir y a mi prima, además de eso, le favo
stará buscando?, suspiró después de mi
puesta, artículos de aseo y el portátil. Me acerqué, la escuché cantando una canción en in
da
señ
es que parecían ser una pequeña porción del Mediterráneo brill
soy tu jefe.
mis cejas-. Y lo de sí, seño
roja, me dieron unas tre
so
timidez en su mirada. ¿Lo hacía p
muestras como una muje
cenado y quiero tomarme un lát
e asombro, me siguió. Podíamos tener diferencias, pero no puedo dejar que una mujer ll