computadora frente a él y gráficos interminables, sin embargo, su mente estaba lejos, sus pensamientos bullían en varias situaciones hipotéticas."¿Y si lo l
lir hoy después
ajar!¡Y no vamo
gunté algo?Te est
ero salir?Sal del celular y v
dije!¡Está
una sonrisa en los labios, mientras analizaba
ninguna paciencia para continuar la conversación por la aplicación de mensajes, inicia una llamada de voz con la gobernanta para confirmar a qué hora saldría de su casa.- Señor Aslan, mil disculpas, pero hoy no podré quedarme con Felipe hasta que usted llegue - dijo la gobernanta tan pronto co
onaba al verlas, seguramente pensarían que no estaba bien. Aslan permanecía en silencio, lo que preocupó a la gobernanta.- ¿Está usted ahí? - Preguntó al darse cuenta de que su jefe no la escuchaba.- Sí, estoy - Aslan dijo aturdido, saliendo del trance en el que se encontraba.- Genial, como
a poder sa
quedarse con su hijo. Era cierto que el niño de 8 años le recordaba el mayor error de su vida, haberse involucrado con Agnes.- Vamos a casa,
nto como su amigo atendió la llamada. - Así que llegues a casa, tómate un baño, ponte oloroso y s*xy para conseguir compañía esta noche.- No voy a estar con nadie. Y no tengo a nadie que cuide a Felipe para salir... - Aslan dijo exp
lan, que no esperaba eso de su hijo. Siempre había sido muy seco con Felipe, así que esperaba el mismo trato que daba. Le alborotó el cabello a su hijo, que finalmente lo sol
que era muy ausente en su vida, no quería niñeras cuidando de él, quería a su padre ahí, presente cuando
a peligroso, decidió ir a la puerta para ver quién había llegado.- ¿Quién es? - preguntó Felipe frente a
able de todo este desorden? - preguntó Aslan bajando las escaleras, ya arreglado. Vestía una camisa negra y un pantalón vaquero negro.- Veo que ya estás listo para irnos - afirmó Tomás volviénd
o, seguramente sería echado por su amigo. El timbre sonó