ero negro no fueran cómodos-de hecho, eran lo más suave que Emma había sentido en mucho tiempo-sin
aba con fluidez, sin los sobresaltos que ella solía experimentar en el transporte público. Ni siqui
solo planeas secuestrarme? -pregun
ósito -respondió Helena sin apartar la vista de su te
res
tranquiliza
fono sobre su regaz
uchas opcion
etó los
N
i tuvieras otra alternativa y a
tiendo cómo la ira y el orgullo se mezclaban
trellas que un lugar donde alguien viviera. Las puertas automáticas se abrieron en cuanto He
pa empapada contrastaba con el mármol pulido del suelo, con los enormes ventanales
sintiéndose aún más peque
Helena sin em
l vestíbulo hasta un ascensor privado. Un hombre de traje, probabl
ra La
ue todo lo que dijo Helena antes d
r comenzó a subir. El silencio era abrumador, y la sensación
o Emma, mirándola con recelo-. No creo q
vó con calma an
o nada de
ronunció su nombre
, ¿por qu
que
simple y directa que
ra inmenso, con enormes ventanales que ofrecían una vista panorámica de la ciudad iluminada. Todo en el lugar e
tado en un sitio como ese. Nunca había sentido tan
lo dejó sobre un perchero
es. Hay ropa limpia en la
unció e
ción de
sofá? -Helena arqueó un
r. En su mundo, incluso un
ó hacia lo que parecía ser su oficina-.
taba de procesar la situación. Había pasado de dormir en la calle a es
nía s
confiar e
apada, su piel pálida, su cabello enredado y su expresión ago
en mucho tiempo,
, se dirigió a la ha
la envolvió en un aroma al que no estaba acostumbrada. Se tomó su tiempo, dejando que el calor la cubrier
blada sobre la cama. Un pantalón cómodo y una blusa li
el espejo
es, su reflejo no pare
on cansancio. Se levantó de su escritorio y salió de la oficina con la intenc
ntes. Su cabello aún húmedo caía sobre sus hombros, y la ropa limpia le daba un
s manos sobre su vientre, mirando las luces d
ruzó los
é pi
ó levemente y la
-dijo en voz baja-. Ma
yó en el marc
que tienes
recerró
do qué qui
ó, acercándos
. No quiero
una carca
xiste en
Helena-. Pero est
se instaló
pero algo en la forma en que la miraba, en la seguridad con la que habl
era aún más