acariciaba las casas dispersas en el pueblo fronterizo de Verdansk. Era un lugar pequeño, humilde, donde la mayoría de sus habitantes vivían al margen de las grandes guerra
estino que había aceptado sin pensarlo demasiado. En sus manos, el hierro se transformaba en espadas, herraduras, y herramientas con la misma destreza que su padre, como si el metal tuviera vida propia en su toque. A sus 22 años, era cono
mo cualquier otra,
taba el pueblo con los dominios más allá de las colinas. Un grupo de viajeros se acercaba, pero no eran comerciantes ni turistas. Sus ropas oscuras y sus caballos veloces denotaban que no perte
ó Aiden, aunque
joven herrero. El aire parecía cargarse de una energía extraña, como si algo invis
e en voz grave, sin rod
ió su espina dorsal, como si esas palabras hubieran tocado
ra que las palabras se grabaran en su mente-. Eres Aiden, hijo de la familia real. El rey de las s
oscuro que había sumido al mundo en las sombras... Se había convertido en una leyenda, un mito, un cuento de terror que los ancianos contaban a los niños. Nadie en el p
r... -empezó a decir, pero las pa
lentamente, su mir
no hay tiempo. El rey de las sombras
más que un sueño o una cruel broma. Pero algo en los ojos del hombre le decía
untó Aiden, por fin
Mi nombre es Valin. Te protegeré hasta
orja, que habían dado forma al hierro y al acero, pero nunca a su propio dest
or qué no antes? -p
viera acostumbrado a hacer la
e que nadie desafíe su dominio. El último de la línea real ha estado oculto por generaciones, protegido por un hechizo qu
lamado heredero. No sabía si debía sentir miedo, incredulidad o inclus
-preguntó final
ndió Valin, su voz firme-. Y al
aún procesando lo que acababa de escuchar. Las palabras del hechicero resonaban en su mente con un eco persistente. "El último heredero... de Eldoria..." Cada vez que las repetía, la realidad de l
eguntó, su voz vacila
e dudaba del destino que le había sido impuesto, pero sabía que Aiden, en el fondo, entendía que no había vuelta atrás. El vien
ras está muy cerca, y sus emisarios ya deben haber comenzado a buscarte
caer la noche. No sabía si volver a su vida anterior era siquiera una opción. En su pecho, un sentimient
do el herrero que siempre fui? Pero en lo profundo de su ser, sabía que esa vida
a. La duda seguía flotando en el aire, pero había a
o que eres y lo que debes hacer. Es un largo viaje, pero no te preocupes, te enseñaré todo lo que nec
oscuras, pero las suyas no eran de tela corriente. Estaban hechos de materiales resistentes, casi como armadur
iel oscura y ojos como carbón, cami
es. Lo que eres no es solo sangre de realeza, sino también un guerrero nacido
Había oído historias de guerreros y hechiceros, de magia y batall
ojos verdes brillantes, lo observó con una sonrisa enigm
orre por tus venas. No te preocupes, no todo será inmediato. Aprenderás
a una luchadora. Su mirada no se apartaba de Aiden, y había algo en su expresión que no de
a hacer más pregunt
aprender antes de que podamos enfrentarnos al rey de las
e momento, no volvería a ser un simple herrero. En su interior, algo comenzaba a despertar, y l
los. La noche se cerró sobre el pequeño pueblo, y por primera vez en mucho tiempo, Aiden se sintió como p
de secretos y luchas antiguas. Elyra y Raleth seguían a su lado, mientras Aiden, con el paso ins
e acechaba. Las sombras parecían alargarse, como si los árboles y las rocas pudieran cobrar vida en cualquier momento. Aiden, sin embargo, no podía quitarse d
vez, hacia el pueblo que dejaba atrás. Los rostros familiares, las casas pequeñas... todo eso ya era parte de un pasado que comenzaba a desvanecer
enderé, Valin? -preguntó, fin
volverse, respondi
aceptar tu magia. Sólo entonces podrás come
e este viaje marcaría el comienzo de una nueva vida. El destino le había sido
s caballos se fue desvaneciendo, pero la sensación de ser perseguido nunca lo dejó.