UR
descubre que
ella esperaba que lo ha
nte jodidamente hermos
e jodidament
lpa d
ito
con una neblina rosa y dorada que sé que habría hecho llorar a mi madre. Le encantaban las bodas e
amaba a Sava . Habría sido tan feliz de verla darle el "sí, quiero" al hombre de sus sueños y
jor que le ha p
rado de ella q
erm
quer
mucho menos haber encontrado a alguien con quien quedarme en mi apartamento encima del café de gatos. Los gatos son todo lo que necesito. Solo gatos, n
s y maridos, ya no podemos ir a clubes de lectura en persona al café. Pero no pasa nada.
n
está
que
final me estaba matando. Siempre había sido tan fuerte, tan independiente, criándome sola mientras dirigía su propia tintorería y hacía voluntariado en la iglesia cada
eza e intento convencerme de unirme al baile. No importa que
ie
pedazo de sol de mierda por las lágrimas que me
r amiga, Aitana , me saca de m
de refrigerios, y fuerzo una sonrisa. No le arruinaré el día a nadie más. Seguiré ocultando mi de
do después de un día fingiendo que estoy bien
nrisa se ensancha cuando Carl , el novio de Aitana , aparece detrás de ella y
undo amor. También están profundamente enamorados y son tan dulces y buenos el uno con el otro que, sinceramente, resulta
star juntos, y estoy feli
me siento s
as Aitana dice: ̶ Ha sido un día largo. Pero la ceremonia fue perfecta. H
más natural en mi rostro. ̶ No es hablar e
ía mucho más cometer un error delante de amigos que de desconocidos. Al me
Sí, supongo. Nunca
no me habría importado. ¿Verdad, Carl ? No nos habría importado. O sea, en un día tan feliz, ¿qué es un pequeño error? . Lo mira
mucho los ojos. ̶ Un trabajo fabuloso.
nta prisa? Se acaban de comprometer. Y pensé que estaban pensando en u
na podría iluminar la playa que se oscurece-. Pero prefiero casarme antes de que
Estás embarazada? ¡Dios mío, felicidades! La atraigo hacia mí para abraz
, pero te juro que ya he subido cinco kilos y medio. Si no lo hac
en la boda ya está aquí el miércoles , añade Ca
dome las manos y apretándomelas. ̶ Hemos compartido tanto en nuest
, cariño. Sería un honor. Mañana podemos hablar de lo que quieres para la ceremonia y me pongo a trabajar en ello enseguida . Señalo las
ra abrazarme de nuevo, y dice con entu
agridulce me aprieta el pecho. ̶ Un p
ella ya n
con todos los tortolitos, me atormenta la certeza de que ninguno de mis amigos volverá a ser mío como antes. Sus
do a toda máquina-, pero sé que dejan muy poco tiempo para nada más. Sup
cambiando
estancada en un patrón de espera, sin i
a podría permitirme vivir en Nueva York. He dirigido un negocio exitoso durante años y soy un panadero excepcional
bral de la pobreza el resto de mi vida. Eso es lo último que mamá quería para mí, lo último que yo q