No te importa, no te importa, no te importa». «¿Dónde está la pizarra? Que la revisen», dijo finalm
hace meses. No qued
ío pudiera aportar. Los miembros de la junta eran mentes fuertes, elegidos personalmente por su abuelo antes de que enfermara gravemente; hombres y mujeres capaces de dirigir la corporación y no dejar que Donald Monarc la destruyera ni el imperio que su familia había dedicado generaciones a forjar con solidez.
de tu abuelo. Además, lo invirtió en inversiones visiblemente malas. Gastó toda su herencia y hasta el último centavo que pudo co
eguir más dinero?", pregun
das las ganancias de todas las áreas de Monarc Corpotation durante los últimos seis meses y las había desvia
onald se estaba gastando una fortuna sin miramientos. Se había aislado de todo tipo de medios, no había leído el periódico, visto la televisión ni revisado las computadoras, y
despedir a los fideicomisarios antes de actuar impulsivamente. También tuvo la previsión de renovar sus contratos y hacerlos firmar antes de proceder
Monarc era cómo ev
andra-. Que vuelvan a contratar a la ju
con la cabeza-. Aunque tuviéramos el dinero par
. No sé nada de negocios ni de dirigir
Corporation. debe ser dirigida por un Monarc -dijo T
de las órbitas. «Pues cambia el maldito
l de derrota. Levantó los dedos y empezó a frotarse la frente-. Lo hemos intentado. Ha sido r
n trozo de papel? ¿Eh? ¿Cómo? ¡Hazlo pedazos! No puedo ni quiero dirigir Monarc Cor
o se venderá y todos los empleados ser
le rozaron la cara y las gafas se le resbalaron por la nar
o hay nadie en la línea que pueda dirigir la organización, esta se disolverá y dejará de llamarse Monarc Corporation", explicó. "S
eta y apoyó la cabeza en el reposacabezas de cuero. Sus r
rc Corporation era el sustento. Eso solo aumentó el sentimiento de culpa de Sandra. Como si la economía no fuera ya su
«Maldición», murmuró entre lágrimas. Y de repente, tuvo un momento de claridad. Deslizó los dedos bajo las
na empresa que está en quiebra porque,
aliviado de que Sandra
¿cómo carajos voy a mantener los
as cosas se han deteriorado. Ese es uno de los mayores problemas, y necesitamos más ingresos para solucionarlo. Donald estaba de
sponder a la pregunta de qué demonios se supone que debo hacer para que esta empresa siga funcionando y cómo
aron visiblemente. Puso los ojos en blanco
segundos, y Sandra no pudo soportarlo
os conseguir financ
r qué no vendemos toda la basura que compró Donald
idiota -dijo
más inteligente que has dich
r a kilómetros de distancia, y subían los precios por encima del valor de mercado, fijándose solo en el dólar". Red negó con la cabeza mientras le repetí
falsos para comprar el terreno de Disney World, para que los precios no subie
todo iba bien, y las acciones subieron ligeramente. Todas las preguntas sobre qué tan bien lo estábamos haciendo realmente dejaron de surgir
rtada: "¿Su muerte ya
aron rápidamente