a familiar, mientras el sacerdote hablaba del amor et
mundo se desdibujó para mostrarme con una claridad aterrad
amante, me despojó de todo: mi vasta herencia, el imperi
mientras su ambición b
do blanco, en la misma iglesi
mente encantadora, solo despertaba n
nra? ¿Por qué la vida me ofrecía una segu
consumió antes, una fría y calculada de
gar para lágri
nupcial con una firmeza que sor
io, sino el comienzo de una ven
ía robada, se convertiría en una pinc
as cadenas de su perdición, mientr