ó en las montañas de Asturias,
oderó de nuestr
gritaba y se ence
o, Mateo, est
la puerta de su vieja casa de piedra al borde d
ero aterrorizado, me agarró d
tu padre! ¡Él y tus hermanos están celebrando
s en los ojos, pero
N
un susurro,
. "¿Qué dices, niña?
ás fuerte esta vez.
s pulmones ardiendo, solo para encontrar a mi padre, Javier, a mi madr
ue bajaran a ayudar,
elebrando? ¡No arruine
su preciosa hijastra Lucía, que se tropezó estúpidament
torturaron hasta que morí sola y rota en el mi
o día. Esta vez, no co
l alcalde, con una calma que me sorpren
silencio. Conocían la injusticia en mi casa
s, amigos del abuelo
avisaremos
y esperé, con el corazón enco
os después, con la cara
Manuel, escu
a boca. Que solo estás celosa del cumpleaños de tu herm
a los aldeanos. Ahora lo veían
ndonado. Había abando
el
imas. No había ti
a a salvar al abu