ía fría en mi mano, un peso inútil co

su trabajo, dejándonos a mí y a mi hermano menor, Migue

acar adelante a Miguel, pa

fue su

única cosa que nos quedaba, y cuando Miguel inte

uinas que respiran por él, mientras los desgraciados q

scalía, a donde se supone

staban manchadas

me e

r de papeles, y por atreverme a lev

umil

yo no era nadie, que

n hecho pedazos, recordé e

ndecoraciones, cada una un testimon

Miguel en mis brazos, su cuerpo frágil y casi sin

ra mi pecho, su brillo opaco bajo el

n llegar, riéndose, burlándo

s", dijo uno de ello

erminar lo que empezaron, con apagar la peq

ranza parecía perdida, las enormes

cabello cano y mi

etado, un antiguo

a Miguel moribundo en mis brazos, a l

ro se e

su voz resonando con una auto

n, pero la mirada del

antarme y miró a los hombres

dijo en voz baja, antes de volverse hacia ellos. "Y u

, algo

que parecía irremediablemen

cumplió

us redes de corrupción desmantelada

los ojos, para que pudiera ver que la lucha no había sido en vano, que la fe en la