tiva de
rio del Lobo, un lugar de aprendizaje y poder para los más dotados de nuestra especie. Era un honor que debería haber cimentado mi lugar en la manada, pero la falsa acusación m
lata ondeaban con la brisa; se estaba preparando un gran banquete. Me quedaban diez días en este infierno personal, y no los pasaría escondiéndome. Se me revolvió el estómago, pues era una celebración para Seraphina. Hoy era su decimoc
o dolor, pero me obligué a avanzar con la cabeza alta. Mi llegada pareció oscurecer la fiesta, pues la música dejó de sonar y la gente dejó de reír. Todas las miradas se volvieron hacia mí y sus expresiones pasaron de
formal del Alfa, lo que le daba un aspecto aún más imponente. Sus ojos se encontraron con los míos du
con una expresión preocupada y dijo con falsa dulzura: "Elara, hermana. Me alegro de que hayas venido.
lágrimas no derramadas. "Alfa", empezó, con un temblor teatral. "Para mi regalo de mayo
staba recordando a todo el mundo, especialmente a Kaelen, la mentira qu
con voz baja, pero clara. Entendía cada palabra de su condescendencia,
formal de nuestros antepasados, reservado para ceremonias sagradas y asuntos de gran importancia. "Ah, pero
una mano reconfortante en el hombro y le habló en la misma lengua antigua: "
"Olvidó su lugar. Una Omega no deb
pensamientos: 'Eres cruel, Elara. ¿No ves que la estás mole
se le daba a los rangos más altos. Creían que la Vieja Lengua estaba más allá de mi comprensión. Kaele
los mentales más débiles, sino que mi mente absorbía conocimientos como una esponja. Me había enseñado a mí misma la Lengua Antigua hacía años, escuchand
hablando en la elegante y fluida Lengua Antigua: "Déjala marchar,
ico sobre la tierra empedrada. Todos habían olvidado algo en su prisa por celebrar a su preciosa S