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Historia
La venganza es el manjar más dulce de una hija

La venganza es el manjar más dulce de una hija

Autor: Gavin
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Capítulo 1

Palabras:1793    |    Actualizado en: 16/10/2025

no pudo pagar. Mi padre, que nos había abandonado por

e trató de vender su riñón en el mercado negro.

s de que yo finalmente sucumbiera al c

e suplicaba, que su nueva familia tenía gastos, entregá

torce años otra vez, sana, viendo

esperando que el

drás que elegir con

do de mi madre. Me encontré con sus ojos llenos

jo a

ítu

a segunda vez que abrí los ojos, tenía catorce años de nuevo, escuchando

edad crónica. Mi padre, Claudio Domínguez, dejó a mi madre, Elena Moreno, sin nada más que a mí. La cortó por completo. Para él, una

rio, ni experiencia laboral reciente. Aceptó tres trabajos: limpiaba casas en San Pedro durante el día, era mesera por la noche y trape

s comida caducada del contenedor de descuentos de la Bodega Aurrerá y usábamos ropa de cajas de donación. El hambre era un

sentía como una espina en mis entrañas. Se había arrodillado en el frío y pulido piso de su opulenta oficina en un rascacielos de la avenida Lázaro Cárdenas, su voz quebrándose mientras suplicaba por la vida de su hija. Él l

fue suficient

cado negro. La estafaron, la dejaron desangrándose en un callejón oscuro sin

ue el

s, fue el

la que teníamos antes del divorcio. La luz del sol entraba a raudales por la ventana de la sala, iluminando las mot

mis padres. Los papeles del divorcio estaban extendidos sobr

tensa por la impaciencia-. No hay nada más qu

sos y desgarradores de alguien cuyo mundo se estaba derrumbando. Sus hom

susurró-. No hagas es

un futuro que aún no había ocurrido. Las manos de mi ma

enía la oportunidad de detener la

costillas. Pero no era el corazón de una niña de catorce años. Era el corazón de un alm

orgullo no llena el estómago. Lo

a grotesca, una traición a todo lo que una h

-. Se trata de mí. Se trata de Karla. La amo. Deb

apuros de una familia pobre, inadecuada. Había arreglado el matrimonio de Claudio con mi madre, Elena Moreno, una mujer dulce y amable de una familia respetable, aunque no rica. Estaba destinada a ser una esposa plácida y adecuada para

udio era finalmente libre de perseguir al fantasma de su primer amor. Estaba

a era apenas audible-. Quince

ado. No podía esperar para salir de esta casa, lejos de esta vida, y

ada de preocupación paternal. Era una mirada que yo sabía que era completament

ero tu madre y yo... simplemente ya no podemos estar

limpio para él. Una ruptura limpia. Podría pagar su pensión alimenticia, verme los fines de semana y

imas pero también con una esperanza desesperada y aferr

el frío. El hambre. La sensación de las sábanas del hospital, delgadas y ásp

volviera a pasar.

de dolor y autodesprecio. Me puse de

a pap

suspendidas en el aire

que siguió f

fijamente, con l

é di

speranza en sus ojos parpadeó y murió, reemplazada por una mira

íos y firmes. Tenía que ser fuerte. Te

-repetí, mi voz cl

re. Se tambaleó en el sofá, su mano volando hacia

ró, su voz un hilo

nita de mi padre. Me incliné, mi rostro cerca

cada sobre su pecho-. No quiero ser pobre. No quiero pasar hambre. No quiero viv

ría todo, como antes. De esta manera, estaría libre de la carga de una hija, libre

é y miré a

a irme cuando tú

damente reemplazado por una ola de alivio tan profunda que era casi c

e, alisando s

maleta, Alexia. Solo lo esencial por a

lamada, ya pasando a lo siguiente. No m

ortada de mi madre llenando el silencio. Podía sentir su dolor com

la vuelta

u rostro, m

imientos rígidos y robóticos. Detrás de mí, escuché un sollozo ba

de nuestra s

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