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Historia
Desde la Ruina: El Resurgimiento del Fotógrafo

Desde la Ruina: El Resurgimiento del Fotógrafo

Autor: Gavin
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Capítulo 1

Palabras:1103    |    Actualizado en: 15/12/2025

mente enamorada de mi prometido, Conrad. Pero

ira. Él era un agente del Cisen, y mi

oques, que borró mi talento para el diseño arquitectónico,

desconocido y las últimas palabras de mi padre. Reconstruí mi

leno de un falso arrepentimiento,

ré con un gato que una vez me mordió. "Te perdon

poso falso, defendió mi honor dándo

losionó debido a un escándalo que in

o tomé un cuaderno de dibujo. Milagrosamente, las líneas fluyeron. Mi do

ítu

quedó flotando en el

o vi al otro lado del abarrotado vestíbulo del edificio federal, un homb

e un pasado que había luchad

cercado a Corey. "No deberías dejar que tu esposa ande sola por un luga

sonreído. "Oh, no está perdida.

un gesto casual, casi de hermanos, p

cosita tan bonita como ella...". Su mirada

z. Los asuntos legales de mi padre. Era

ave y familiar, que atraves

lis

mo una piedra en un estanque qui

edé h

ivamente. Él también lo sintió, es

El traje caro no hacía nada para suavizar la línea dura de su mandíbula. Sus ojos, los mis

paso ad

eres tú?". Su voz e

la de Corey. No qu

Sin emociones. Era una habil

zquierda, luego a Corey. No pasó por alto la intimidad casual. Co

an muy abiertos, sorprendidos. La pregunta s

egal. Se sentía pesado.

talles. No le de

en su mejilla. "¿Asuntos

ilencio se alargó,

mi bolsillo. La seña

me". Asentí h

camino. "Espera. ¿Podemo

ó, como si lo hubiera pensado m

plicas no signifi

oz fue un susurro, pero llevaba t

loqueó de nuevo, su cu

tanto tiempo". Su mirada me recorrió, una mezcla de preocupación y algo

to no borraba lo

y directa. "Estoy bien,

su mano izquierda. Brillaba, un crudo r

taba casado. Y estaba tratando de

ora, si me disculpas, mi

io de lleno en el pecho. Su rostro perdió todo color.

u voz fue ape

so adelante, su expresión du

sotros. Abrió la boca, luego la cerró

i

de dolor, sentir la punzada de su sorpresa. Quería que s

me de nuevo alrededor de mi cintura. No dijo una

nca, nos siguió. "El

iré

luz del sol me golpeó l

to en la acera, como si lo hubiera pla

ver a Conrad. Estaba de pie junto a las puertas de

d", susurré,

slizó en el asiento del co

en el espejo retrovisor. Todavía de pi

era por completo. Que se desvaneciera

e no lo haría

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