po estaba sumergido en agua fría, lo que la hacía sent
bañera dándole la espalda, luchó por ponerse de pie y extendió l
ue se lo estaba imaginando, pero
uación, Silas frunció el ceño, y se vol
ta", dijo, ro
obedeció de
los labios con molestia, apartó las manos de ella antes de que s
la bañera, envolviéndola en una toalla
e, sintió placer y se res
m..
l, más excitada se sentía y no
rse cuando ella se retorcía c
hermoso rostro se torció, y la
mascarado corrió al ba
o que estaba sucediendo. Mientras ella se retorcía incómoda y se frotaba una pierna contra la otra, suspiró, se acer
atendiendo la herida de su prometida, colocán
ta y con una voz que carecía de cualquier rastro de piedad
tonces tomó su celula
. Quiero que la ropa sea suelta, y no
orejas del hombre se ponían rojas, y rápidamente volvió a ba
tas mujeres hermosas ahí fuera que se pre
el sofá, exhausto, y el otro lo acompañó e
la?", le preg
samente. Con la camisa abierta de par en par y las gotas de agu
ron mientras lo miraba y pensó
que tuve una erecc
orbo de té, no pudo evitar escupir
e Silas se levantó de su asiento, lo siguió apres
a una erección. Espera, ¿qué acabas de decir...? ¿Dices que tuvis
nada, y continuó echándose agua
rse la vuelta, agarró una toalla para limpiarse la cara, y
l ceño y le arrojó
ltimo sonrió con los ojos brill
n severidad antes de quitarse la camisa moja
do el tiempo, sin ap
an
de Malcolm, dejándole un gran escozor en la nariz. Tras frotá
erse que Silas permitiera que una muj
habitación de Silas estaban conectadas a través de una p
n el sofá bebiendo agua, Silas apareció p
! ¡T
en la puerta lo devo
la sirvienta parada allí con la ropa. Cuando agarró las prendas y es
lant
descubrió que el otro había aparecido
adosamente y se detuvo t
confundida a aquel extraño h
éndola con fuerza con sus manos enguantadas. Luego, le lanzó a la sirvienta
y se sintió aún más confundida al ver que
cama y luego vístela. Ten cuidado con
sirvienta, e inmediatam
rando a que el otro apareciera y conti
su habitación, abrió una estantería del
edó lo miró
vienta salió de la habitación
quien le hizo a su vez un gesto con la man
con un pijama blanquecino, salió co
pero no se sorprendió
habitación contigua, no pudo
as de mas
ía aguantado suficiente, agar
mpo y lo atrapó, y un gesto di
se sentaban en el sofá. Durante un buen rato, no dijeron
e, sin apurar al otro, aunque
la voz de Sila
un breve momento, cuand