o lo recibes tú; es a ti a quien le duele
raciones que te han hecho en algún punto, plagas tu corazón de decepciones, vas llevan
y juzgado, que te han acosado, de esas tantas veces que se han inmiscuido en tu vida sin derecho, otras que se han osado a dictaminart
su propio afán, a la lista de cada uno le añades una a una decepción tra
ando, en ocasión tras ocasión, todas e
tos, empiezas a dejar de alegrarte, de estar contento, d
gil y seco, hasta que cuando menos te lo e
, la muerte, la vida o la enfermedad. Estás ajeno a lo que pasa, porque estás demasiado ocupado siendo infeliz por los maltratos de todos los que están en tu en
en ti, pero eso es parte de los cambios hormonales, eso es lo que se dicen para vivir bien consigo mismos; lo que tienes es re
pasar tu vida, expectante de las actitudes de los demás para contigo, siendo in
descubras que andar molesto con todos no es sano y que aunque cue
ido y empezarás a interesarte por ti mismo, a darle relevancia a tus propios asuntos, a que lo
terminados puntos del trayecto, habrá obstáculos que solo tú podrás enfrentar y que eso no hace a tu
co, todas esas pesadas cadenas que te
iós de una vez por todas y le dejarás ir lejos de ti
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