ono más suave: "Katrina, Charlotte me pidió que cuidara bien de ti antes de i
o interrumpió y le dijo: "El ascensor ya está aquí. Me voy". En realidad, la mujer tenía miedo de
sacó un cigarrillo del bolsillo, pero seguía sintiéndose un poco molesto y se quedó jugando con él durante un tiempo, sin encenderl
a darle una profunda calada. "No es necesario", dijo él con indiferencia
pero antes de que lo hiciera, su jefe añadió: "Pide que
volver a su oficina hasta que el olor a humo
u rostro estaba pálido y su frente estaba cubierta de sudor frío, por lo que Edmund se sentó a su lado por un tiempo y la observó en silencio con una
és de tantos años, aún se podía apreciar una profunda triste
antes de finalmente volver a bajarla. Sin embargo, en ese momento, Pauline agarró su mano, tomándolo totalmente por sorpresa, y comenzó a decir cosas sin sentido mientras dormía. "Mamá, no te vayas...
sí mismo al descubrir que no era así. En ese momento, la alegría que acababa de aflorar en su corazón se convertía en un dolor punzante. Sintiéndose avergonzado y decepcionado, el hombre se dio la vuelta, cerró la puerta con suav
na, Charlotte Lu, lo había hecho todo, desde rogarle hasta amenazarle, para que le prometiera que acudiría a ver esa actuación. Sin embargo, como Katrina tenía que ensayar antes del espectáculo y su hermana estaba con ella en la universidad, Edmund llegó allí algo más
ca le respondió mientras le miraba de una manera extraña, "Sí, sigue recto por
ue era porque lo había engañado hasta que llegó al edificio que le había indicado. De hecho, ese gesto lo dejó un poco sorprendido, pues era la
cabello rubio, su espalda recta y los dedos erguidos de los pies. En ese momento, los ojos de Pauline se movieron alrededor y aterrizaron sobre él, pero era como si no lo hubiera visto en absoluto, aunque el chico no pudo evitar mirarlos atentamente. Edmund se encontró ahogándose en sus ojos de manera involuntaria, como si estuviera hipnotizado, y
sar que estaba pasando por un enorme sufrimiento en su interior. Eso le recordó a su madre, y es que ella tenía la misma mirada, así que Edmund decidió perdonar a la chica por hacerle una broma. Además, c
tres años después, después de asistir a la fiesta de cumpleaños de su hermana mayor, y es que