er
regado a él,
raba algo con el amor de su vida, me sentía vacía, no lo
o impaciente al principio, me preguntó en todo momento si estaba bien. Acepte. Di mi consentimiento lleva
tan íntimo, y hasta cierto momento quise guardar ese momento eternamente y quedarme envuelta en sus brazos. Una burbuja,
sada lo acompañaba a todas partes. Su casaca regada en el suelo debajo de nosotros ya nos acobijaba, mis ropas tendidas
la tardanza al abrir el local, porque si, se l
ando, también porque no creía que podía asistir el sábado, estaba un poco indis
i inasistencia de hoy, por supuesto que no
egar y eso me ponía de mejor humor, aunque Josué no p
*
ón, ¿no? -llevaba diez ve
ida no soy -vu
que ese hijo de puta se reproduz
an irresp
si lo e
cólera sabiendo que yo fui qu
ente lo puedo pudrir en la cárcel.
-inquiero
esa pregunta ya la había escuc
N
n hijo de
ta quemando. Fatal era poco para de
in amarte a ti primero -culmina estrechánd
*
primeros días que casi no probaba bocado, preferían darme mi espacio y eso lo agradecía. Tanto como a Josué, quien se aguantó las ganas de ir a matar a Nico
cas y consultorios de planificación familiar, servía de mucho prevenir un bebé no deseado, así como e
rato conmigo se despedía hasta el próximo día. No vi necesario preguntar, pues sus motivos tendría, y el andar de chismosa solo podr
un par de gritadas, pero eso era todo, él vendría al
edes retirar -Cecilia, la dueña del
rarle las horas de cada cabina que estaban cumpliendo a través
*
suponía que él se iba de fiesta los viernes por la noche y apagaba su celular hasta el
a y al centro de mi cama,
a ansiedad y curiosidad así que m
s estaba entrando.
es a que Yari vaya hacia allá, demoraré un poco, pero espérame prec
n me encontraba media dormi
ncio a través de la otra línea -¿sigues
¿p
al
la se enciende varias veces avisando una notific
sa -el tono de voz ahora es severo, s
ficación -digo viendo el apa
no lo abras hasta qu
renegar-. Esperaré a Yari, gruñón.
y que todo lo que hago es por tu bien, ¿ciert
, eres mi mejor amigo
a llegar, no hay otra razón para explicar la melancolía que me llega de sopetón. Son pocas veces las que m
llegan. Pienso un poco si debo abrir o no la ventana de
p
la ventana que tiene como nombre
-, unos mensajes un tanto secos como los de mi madre y otros burlones
a mi prima. Doy en descargar y espero impaciente a que termine, lo que p
uizá sea un curso que haya llevad
tendría envia
arece. Ahí aparece mi prima, sosteniendo a un chico rodeando su cuel
9
0
a mi prima, quien al parecer está en una fiesta,
u rostro, una que contagia. Hace una seña con la
poco a po
o
menos
uede.
ando él la coge de la cabellera
celular, las mismas imágenes se repiten en mi cabe
quería que lo supiera todo el mundo.
i
N
el
son capaces de salir. Yari pega mi rostro a su pech
otra vez, pe
mi rostro en
uiero es
ta un agudo grito que es escuchado por toda la habitación-. ¡MA
furia, para después verlo caer en añicos. Sin embargo, la
manos desesperada querien
N
pasando esto a m
s. ci
esán
rrespon
fui. Que
ÉL, YARITZA, NO PUEDE SER, MALDITA SEA! -solo soy capaz de escucha
estáticos. No los esc
ero ver
on fuerza -¡DÉJENM
brusca, papá es el siguiente quien consigue retenerme, h
he, el espejo empotrado a la vitrina. Siento que intentan retenerme y es impos
locidad por mis venas y mis arterias, mi respiración se encuentra acelerada tal como mi frecuencia cardí
lo cuando se acerca a mí
por teléfono, sabía lo que había ocurrid
as cuando no estaba enojado. Dejé que me tuviera, mi primer amor, mi primer beso, mi primera vez. Todo ese ti
l, pero de que había manipulado mis sentim
idad mató
mí me d
pronunciar palabra sin quebrar mi voz. Debí hacerles caso
tada en la misma posición-. Duele Josué -repito las palabras que m
cosa de momento, seguí ahogándome en el llanto que suavemente
o saben el significado de hogar. Lloramos más de lo que reímos y retrocedemos en vez de avanzar. Y cuando llega el momento de darnos cuenta, de aterrizar, caemos. Se convierte en un viaje sin retorno, donde rezas por regresar y actuar de distinta manera, ignorar sus palabras, rogar porque