ni siquiera tenía cara de decirle a sus padres que debían mudarse otra vez, tal vez incluso con ella, a su diminuto departamento en Liberty Village cerca del centro. Le asqueó pensar en lo tanto q
iera estado fantá
máforo para poder cruzar, tampoco estaba segura de cómo alguien tan simple como él era dueño de una multimillonaria, al menos los que conocía tenían la pinta de malcriados. Llevaba un pantalón formal de color azul, ch
cuerpo que traía ese hombre, encanto, carisma y aparte, dinero. ¿Y ella? A pesar de seguir presum
stenía en la mesita auxiliar y caminó con lentitud hacia l
con un ramo de flores amarilla
afé tan
si no lo deseas, que bueno que en
tomar tanta azúcar y ya
e era té de manz
r unos momentos. -Está delicioso, muchas gracias -este se sentó en el sofá de la
nzó hacia la mesa, hizo su cuerpo hacia adelante colocando los codos en sus rodillas-. Pero, debido
estaba viendo. Sus mejillas enrojecieron y lo único que
ulipanes? -se encogió de hombros
eran las más hermosas en la florerí
, no era porque le molestaba, sino que, ya no quería relacio
oy conscien
chica de cabello corto entró con unos cuantos papeles y su ag
to del... -detuvo sus palabras al pie del escrito
ga antes de que se lanzara encima del
la chica saludándola-. Olympia me h
ho? -pregunt
, son mejores
de dónde sacaste a
na larga histo
divertido al ver la expresión de respuesta
ociéndote, ni siquiera podr
. Somos amantes, pero
igiéndose s
en el rostro-. Y te trajo flores, que dedi
dea que sigas aquí,
pueden esperar, quiero s
as adulaciones de su mejor amiga por unos minutos más cuando decidió volver a su trabajo, no era posible que a ell
multitasking" y su mente sólo se concentró en descifrar lo que estaba haciendo, o pensando. Su aroma a lavanda le encantaba, desde que la conoció era un sabor que no podía quitarse de la boca y que deseaba con ansías probar él mismo. Seguía maldiciéndose por el hecho de que su encanto no
largo y veo que Olympia se encuentra cansada. Deberías tom
efe no le interesa si est
uien no pescaba aún la insistencia de los mensajes-. Fue agradable con
ndo un vacío en
ios, me
lo r
trajo l
té con
Dios, ¿por qué
el problema del divorcio, y entonces ve
mentó agarrando la pluma de las manos de su amiga-. Además, necesi
jada y enseguida hizo u
tre risas-. Pero, sí se nota que debe ser un bue
eaba tirarse a sus brazos durante toda la noche, no quería salirse de su objetivo. Tenía que terminar por lo menos el manuscrito ese día, y otros dos la sigu
lo menos hasta las 2 de la mañana revisando, leyó la portada del libro qu
as las escenas candentes, vaya que odiaba su imaginación en esos momentos. Levantándose
to pasadas las 3 de la mañana. Giró el pomo de la puerta y dejó escapar un suspiro. El departamento no era muy grande, con una sola habitación, el baño, sala/cocina y claro, una pequeña terraza que daba al esplendor de un
ercándose a ella-. T
ca. Sus zapatos perfectamente limpios, y él tan pulcro, i
ó tomando la ma
parpadear rápidamente para acostumbrarse a los rayos de luz que entrab
ecía s
la puerta. Con pesadez se levantó y ob
sabes dó
o que se refería cuando bajó la mirada hacia ella misma, tuvo que cerrar la puerta de in
ápida, ni siquiera pensó en qué momento se levantó para abrir la puerta en esa
gustado
sus regorde
sus vellos a
ahí, sentado en una de las sillas de la cocina, vestía igual, de traje gris, le fru
-Olympia no tenía palabras para hablar-. Tranquila, Anne me p