img Achocolatada - AMARGO PLACER  /  Capítulo 4 -4- | 8.51%
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Historia

Capítulo 4 -4-

Palabras:1133    |    Actualizado en: 09/12/2021

a butaca y sus piernas cansadas descansaban en un reposapiés. Ella le quitó la botella de la mesa donde Saul la había acomodado pero para su sorpresa su hija no la

asmada en su cerebro tenía que tallarla en su dolido corazón. Limpió su boca con el torso de la mano y le ofreció la botella a su padre quien

do silencio. Su padre no dijo nada, no era un hombre de muchas palabras

udo en la garganta. Emira bufó mientras se es

la idea de una familia feliz, un hogar...- dijo dando un trago corto con

za, enojado con su

ivocas,

entó quitarle la botella pero su hija era más joven y ágil. Ella se pu

desagradable. Se sentía más y más mareada. Más deshinibida. Sus emociones parecían dormidas y se

eaba la situación de la que debía huir y eso la hizo correr hacia los potreros. Escuchaba a su padre acercarse mientras gritaba su nombre p

pidamente su cabeza antes de subir en ella sin necesidad de montura alguna. Se tambaleó un poco pero con una exclamación de feli

s manos como jarras-¡Vuelve!- ordenó pero era inutil. Cada vez sonaba y se veía más lejos. Emira volvió la vista al frente y sin miedo atravesó los

s ambas pisaban el

a vida nocturna había crecido. Emira no acostumbraba a estar de noche en aquellas calles y es por eso que de

que encontró a su paso y mirando a la gente alegre y sonriente con música de fondo de distintos ambientes de daba cuenta, sorpren

caballo como si estuviese en otra época. Emira respiraba profundo intentando conseguir lo q

d sonrió contra el teléfono y botó el

conservar la chocolatera- se rió divertido- Debis

el

o exhuberante de una mujer de la vida alegre disponible en el restaurante al que había asistido. Era lo que más le gus

papá. Hab

que les quede algo con todas las deudas que tienen- se rió maquiavélico recordando la larga conversación que tuvo co

en las estrellas del cielo de Boston. El frío traspasaba

eaba sus caderas mientras caminaba hacia él-Es bonita, es hija de Eliza- dijo como si fuese algo obvio. Jordan bufó, ¿Olvidab

fue el turno de Eduard para

sentaba en sus piernas con la esperanza de que se durmiera antes de tener que cogerselo y po

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