rás, en una época conocida como la edad media; costum
extiende un gran desierto. A lo largo y ancho de estos parajes que se mantienen verde la mayor parte del año, varios pueblos han prosperado por dos siglos, logra
actuales residentes del territorio conquistado, el cual han nombrado como Ítkelor; tales gobiernos son
os gobernantes de los otros reinos; inclusive, los ocho regentes decidieron forma
grado, que prohibieron la entrada de mercancía y gente proveniente de las tierras vecinas a su propio territorio. Esto hizo enojar a los habitantes residentes, quienes trataron de rebelarse contra los m
ente en plan de guerra hacia la ciudad capital del Este; mas al llegar a su destino encontraron la urbe totalmente abandonada y una parte destruida o con daños severos, al ig
uales. Ninguno reclamó por la ciudad deshabitada y el castillo fantasma, ganándose el título de pueblo m
aunque, los sobrevivientes del Este no se cansan de compartir las tristes anécdota
la siguiente historia es el reino del Norte,
a de «L» ocupa un extremo de la misma urbe; hay varias torres a lo largo de la muralla, vigilando cualquier peligro. Otra pared de piedra y una barbacana adentro
circular, justo al frente de los portones de madera de la barbacana. En las tardes se llena de gen
lejos de los límites de la arboleda, en medio de la extensa pradera que cubre la mayoría d
ah tiene a sus monarcas; un matrimonio
uarenta otoños. Aparte de su barriga en reciente crecimiento, otros rasgos de este monarca es su c
e un importante duque del Oeste. La mayoría de las veces, ya sea adentro del castillo o cuando visita a su pueblo, oculta
ojos color avellana oscuro; una característica distintiva es su nariz tipo rampole, grande y bulbosa. Siempre vaga por todo el castillo, dando saltos altos para alguien de su estatura; pocas veces se le ve caminando. Nadie se pregunta cómo es que
asadas, acrobacias y por su peculiar situación de estatura; est
mh y el príncipe Evans. Hace apenas un mes cumplieron años; ella diez y él o
ide hacer alg
rincesa escuchan atentos los cuentos del bufón. Por varias semanas los dos niños escuchan a duendes adentrándose en bosques misteriosos, had
boca del mismo joven. A los pocos días después, el bufón es nombrado cuentacuentos personal del rey y la reina: les relata un cuento en la noche en el salón real, y antes de i
o tiene más remedio que repetir los que ya ha contado. A las pocas semanas
umbrada, el sueño empieza a llegar con los reyes, así que deciden
n llenado de alegría y de otros sentimientos
u lugar: parado al final de los dos escalones semicirculares, enfrente de los monarcas
una noticia
za que tengo con los reyes del Sur y del Oeste; así que he decidid
nano con alegría, alzando ambos
sorpresa especial -expresa el rey adelan
el bufón, subien
esas historias increíbles -contest
eño cervatillo que se encontró el tesoro del río -di
o ya lo he oído tres vece
hada verde me parece lo adecuado -contesta rápido el
tas veces que la has repetido -objeta el monarca cerrando los ojo
ivo puede
o aburrirme en ningún momento. Si logras llamar mi atención, te recompensar
u majestad -asegura el bufó
deseo que todo resulte perfecto. -Señala el rey en tono serio. Un segundo después, retorna el rostro alegre-; pero no quiero preocuparme de
lo defraudaré -asevera el
torias para la noche especial. Te p
r en el mismo castillo; inclusive, se ubica al empezar las e
ta: una cama, un banco y una mesa; casi t
esarias para los fríos inviernos que se viven en el reino, como el que acaba de terminar hace pocos días; apenas ha com
u mente, el cuentacuentos se