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Historia
Corazón gitano

Corazón gitano

Autor: Freya Asgard
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Capítulo 1 1

Palabras:2304    |    Actualizado en: 17/03/2022

o de

a arrasando con su hogar, también arrebataba la vida de varios de los ancianos del clan sin que

c-tor, no se pudo hacer más. Al menos, la carpa del rey estaba lo suficientemente lejos de las demás y eso evitó

gras nubes ta-paban el sol, parecía com

familias más emblemáticas; se estaba tratando un tema muy especial, por

ey ―dijo Bavol―, ¿q

omar el puesto ―respondió D

que este momento es de mucho dolor para ti, pero tú eres brujeal uliyilia , de familia real, nuestra casta e

arado ―contestó el j

para que otro tome tu puesto. Otro con más experiencia en

del legado de mi padre ―co

otro―. Un rey no puede poner sus emoci

cho, que había demostrado hasta ese momento sensatez y lealtad al clan, se convirtiera en su rey,

reocu-pes ―le aseguró Dima, ella era la más pode

deció y luego se lanzó

o verás ―respondió la mujer con todo

alegría, siempre pensó que sería un rey muy viejo y que su padre viviría muchos años

espalda, no sabía qué decir, él mismo sentía en su cora

e eso estoy seguro ―aseguró V

corazón se debatía ent

s zonas del país al enterarse del siniestro, las caravanas llamaban la atención de los

ue con un extenso mar a sus pies, solo poseía unas pocas playas y la mayoría para el sec-tor sur, por lo que el sitio de los gitanos consistía

omentó Raúl a su esposa mientras pasaban en el transfer por

del otro día ―contestó

l dijeron qué había p

unos hablan de un atentado, pero ya saben, nadie va a hace

an personas ―murmuró

señora dijo que mejor se hubieran quemado todas las carpas con los g

i-mo con los grandes puede pasar, pero... ―repuso Si

ruel, que eran personas y que había niños. Dijo que m

chilenos ladrones

los solo estafaban, que eran sucios y todo lo que dicen. Yo no qu

sas muertes. Sabían que quedaría así, que ni siquiera inves

ecesidad. Trabajaban un tiempo en Antofagasta y luego se iban a atender a otros lugares de

ir ―dijo Silv

necesiten algo y

en-filaron de vuelta al otro lado de la ciudad para v

uien había sido atendido muchas vece

nosotros acabamos de llegar del sur y quisimos venir

tor, mi

de los fa

io fue en

anos fue el incendio? ―Se sorpre

o fue un accidente. ¿Quién querría matar a m

reguntó el doctor sin r

mi padre, aunque no

-bre sensato y maduro, estoy seguro de que lo harás

go chara, me tendré que hacer otra, pero estoy en la c

tanto ―dijo

racias por estar aquí, sign

tedes han sido importante

bien a ese matrimonio de médicos, al revés sí, les habían dado atención y m

matri-monio; el hermano de Mirko, Spiro; su hermana Milenka, y el esposo de esta, Melalo. Recibieron al mat

, es un duro golpe para s

ndo ―respondió Me-lalo―, Vadim tomó

en a su hijo, tiene buenas relacione

ondolencias a las familias y se dirigió directo a Vadim

lo con sarcasmo―. ¿Qué sacamos con que venga el al-calde o e

cho a conseguir cosas para ustedes, como colectivo. Aho

on más experiencia en la vi-da, Vadim ni siquiera era casado, estaba comprometido con Dinka, sin embargo, aún no habían puesto una fecha para el

lvia ante el silencio i

uro golpe para ellas. Helia no ha querido salir, no ha podid

a ―dijo la doctora―, t

ka aún es muy joven y no sabe cómo lidiar con s

joven. Supongo que su m

año, después de eso,

pensar en eso ahora ―rep

dijo Silvia―

ue debemos pensar. La vida no termina aquí, aunque

, muchacho, el tiempo hará más llev

jo el joven con

se mucho, perder a un padre en tan ho-rribles condiciones es muy doloros

y nos apoyaremos los unos

preguntó Silvia a

ud de lo sucedido. Los más grandecitos vivieron la muerte de nuestra madre cuando nació Mar

e hacerte cargo t

e toca a mí hacerme cargo de todo. Por suerte ten-go a mi e

idad la que tienen encim

-ridad―. Sinceramente, no me gustaría estar en los z

no podría haber encontrado un mejor esposo

errumpido por Dinka que llegó corri

go? ―preguntó, pr

ó, no reacciona ―d

l se levanta

está?

Spiro y Mirko los siguieron. Melalo se quedó viendo cómo se iban. Kira y Melinka también salieron de l

enó el doctor Valen-cia―. Creo que

d? ―afirmó

gue-mos, la atenderán y no tendrán que esperar tant

doctor ―resp

de tomar el bolso de Helia, la guio

, todo saldrá bien ―la

mamá no quiere v

e tiene

era mi papá y ahora que no

r el espejo retrovisor a su

de el incendio, las emociones están a flor de piel, ya verás que

, no te dejaré sola ―afir

―. Nunca estarás sola si estás

por la muerte de su padre, tampoco por la inminente muerte de su madre, ella tenía un secreto que no

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