cuesta el salario promedio por día de cualquier Neoyorquino, pero yo soy la famosa Dhara Kiraz y por consecuencia cualqu
con los que me toca compartir este reducido espacio. La pareja me mira como preguntándose si soy yo, pero es tarde para preguntar cuando las puertas se abren en el quito pi
mo un torrente por todo mi rostro. Es un dolor profundo, uno que llevo conteniendo todo el día y que por fin puedo liberar. Estoy harta de este mundo frio que me hizo perder todo, el vacío en mi
.
ser completo congelándose al pasarse aquellas imágenes por mi mente. Una vez escuche la frase que no hay miedo más grande que cuando ya no se siente nada, y estoy de acuerdo. Estoy viva, pero no siento nada, mi vida se ha
carrera. Este repetitivo caos emocional me lleva nuevamente a levantarme de la cama e ir corriendo hacia el baño para v
i puerta y al mirarme al espejo, me doy cuenta del desastre que soy -¡Ya voy!
ta, abro, y allí veo a Simón, pero para mi sorpresa, él no está solo. El hombre que me ayudo a la salida del desfile está con él y me mira de una
n? - Cuestiona co
esfile, pero no entiendo ¿Q
nto antes de que te vayas- Explica y sin que me qu
on algo de sarcasmo y cie
mayores, eso sin contar tus viajes y por supuesto las exigencias para cada uno de ellos. Lo que paso hoy en el desfile fue
tienes que decir? - Le preg
tu booker exclusivo- Informa y
o? O ¿si? - Inquier
o eso, ya sabes... en fin, gestionara tu carrera a partir de ahora- Relata y me lo quedo mirando sin saber como reaccionar -Ah, y un plus de
o con enfado y Xan me
- Habla y mira a Xan -Ahora vamos que Dhara tiene que descansar, tu habitación es la de al lado- Le ex
do mi vida»Pienso y con esto s