comenzó a preguntarse si había sido sensato no llevarse al perro. Hunter era, por lo menos, un gran tema de conversación, y era obvio que aque
ersación decayó-. Probó a lanzarle a Roxana una sonrisa de mujer
ó y miró indec
é -ba
intentó
w. Pica más que el sol en pleno ag
viosa y procuró seguir la conversación-. A él le
se preparaba otro taco, colocando despaciosamente capas de carne, ques
Alguna afortunada se va a llevar un marido es
la mesa, se hizo aplastante. Roxana miró fijamente su plato, con el mentón tembloroso. El semblante de Matthew adqu
miliares de Michael. Pero algo en la mirada temerosa de Roxana Lambert la impulsó a quedarse. Era in
dejó su vaso de refresco
e la principal razón por la que Roxana y yo estamos aquí es que queríamos decirle a
maneciera en su asiento como si fu
are, azorada-. Qué
currió qué deci
se lo parece
e le quedaba del taco y clavó
adamente estúpida,
hizo una mueca de malestar. Ya se habían arrojado los guantes. Comprendió que la pobre R
uiero oír esto. Roxana, ¿te apetece venirte conmigo? No
ijo Michael
uena razón
aciendo un esfuerzo sob
ste asunto más tarde. Este n
autelosamente-. No sabía s
e alguien le hablara así a su padre. Dudó un momento y luego sacó a
ómo se le ocurrió venir a la Colonia Tovar? Por lo que ha dicho mi padre y po
eció de él y so
mporada fuera de la ciudad. Quería cambiar de escenario por completo. Como le dije a Michael, un día saqué un mapa y el nombr
ew as
que pidió un
que llevaba trabajando cuatro años. Estaba convencida de que me lo merecía. Había tr
a exactamente? -
mpresas. Trabajaba como subdirectora de la oficina
a hacer previsiones f
ó halagada p
bre todo me dedicaba a trabajos de contabilidad admin
asó con s
te que, en Eyesstaf, las mujeres pueden ascender hasta los puestos medios de dirección, pero no
mostrando un leve inte
on el trabajo por d
había nadie más cualificado para ese p
dijo Roxana frunciend
de la discriminación laboral no significa que sea fácil conseguir que los empresarios las cumplan. En
a excedencia -dijo Matthew
entando mi dimisión. En el mundo empresarial, hay que
ió la situación?
or un instante, la furia impotente que
hecho incontables horas extras sin remuneración alguna. Le había sacado muchas veces las castañas del fuego a mi jefe. Cuando empecé a trabajar allí, la división perdía medio millón al año. Al cabo de
l y Roxana la miraban como si no acabaran de
me aseguraron que al puesto podían optar tanto mujeres como hombres. Confié en una banda de ejecutivos que me mintieron con todo d
últimos vestigios de la rabia de Clare. Esta recuperó la calma cas
da -dijo Michael-. ¿Por qué no m
ncogió de
o me lo p
él lentamente-.
arecía p
ahora todo era dist
ad, en los niveles más altos de las
iente trabajo le irán mejor
orremos las mujeres en el mundo de los negocios. El único modo de asegurarme sería funda
io con nerviosismo y mi
ello. Seguramente dependerá de lo que haga Matthew. Qui
lo que haga Matthew, o en sí se casan o no -dijo Clare, sorprendida-. Las
s radicales que estudiamos en
periencia como para saber que, cuando las cosas se ponen fe
la miró
¿Quieres otro
ó a reír y
que Matthew y tú han preparado tan bien la cena, creo q
ón de que no quería separarse de Matthew ni un momento.
rdad? -dijo la joven mientra
estaban desnudas. Las lámparas eran viejas. Los pasillos, oscuros. Los muebles, pasados de moda y desvencijados. Y las cortinas estaban tan descoloridas, que resultaba difícil descub
a con la idea que uno se hace de la casa de un esc
a mordisquea
r Escote
onoce. Es la idea de que Matthew y tú se casen,
jo que él se casó a
e a la misma edad. Sabe por experiencia que con die
de su part
mitir que no creo que una mujer deba pensar en el matrimonio
diciendo lo que debo hacer, siempre intentando manejar m
edad -dijo Clare en tono apaciguador, pensando que ella no erltos, ¿sabe? Podemos de
amente en no sentir la necesidad de d
r con eso? -dijo
impo
ho mayor que yo, tiene una carrera y todo eso, pero no se ha casado. ¿Cree que quiero acabar así? Y mire al señor Escotet. Él tampoco está casado. M
ientes en los ojos de Roxana
tengas ra