tas en su cabeza como
pero miro a Rachel. Retrocediendo ante el odio en la expresión de su cuñada, Rache
a enfrentado en los últimos días. Los detectives de la policía la habían interrogado como si fue
rza y junto las manos
oderándose de todos los procesos de pensamiento racional. Un dulce y negro olvido hizo señas desde los brumosos rincones de su mente, incitándola a escap
r de su mano quemo a través de la tela de su vestido, marco su hombro con su toque y la sacudió hasta que se dio cuenta
a multitud. Se había not
os de lo caliente que había estado la piel de Elías sin la
or el recuerdo de las olas rompiendo contra l
l labio inferior y noto el sabor a sal en sus labios, tal como lo había hecho ese día. El destello de deseo de sus ojos cuando le quito la parte superio
rdos agridulces de su breve aventura y el dolor de su traició
sueños. Conocer a Elías había sido como chocar con un meteorito. Su mundo se había inclinado fuera de su eje y volado fuera de orbita. Ahora, su toq
―apunt
s de las duras barreras que ella había erigido a
rasgos impresionantes parecían mas duros y su mandíbula mas testaruda. Todavía tenia una boca
vez, él le había dado libre acceso para explorar su cuerpo con sus manos y sus labios. Le picaban
stá esp
ud. La devolvió a su entorno y se dio cuenta de que no estaba p
la primera tierra al
que estaba pasando. Pero ¿Cómo podría alguien entender las em
an había logrado manchar su reputación con sus mentiras. Pero otra sensación mucho mas peligrosa broto dentro de ella. La presencia in
a los rostros de la multitud. El rostro de Lucas era el único que mostraba simpatía. Ella
re le entrego una pala y ella hizo lo que se esperaba de ella. Un montón de tie
e los hombros, instándola a regresar al borde de la multitud. Supremamente consciente d
―siseo en
nmigo ― repli
iadas personas observaban todos sus movimientos.
n su círculo de sociedad, y le darían la bienvenida a otro motivo para condenar
ecerse en la oscuridad y escapar de los chismes y a
edios volaban en círculos sobre su cabeza
pués de todo este tiempo? La ultima vez que s
s invita a todos al s
erdote de su nombre pene
io había