Anastasia estaba sentada en su oficina, todavía se sentía molesta al recordar a Elian sentándose en la misma mesa que la escoria de Mónica, en realidad ella no podía opinar de lo que él hacía, pero no podía negar que ver esa escena le revolvió las entrañas, tenía ganas de bajar del auto e ir a buscarlo, pero era cociente de que no podía hacer eso.