gerido. ¿Cómo podía decirle eso a una mujer que había conocido hace solo unos minutos? Menos mal que estuvo e
ló: "Es todo un playboy, es mejor que tenga cuidad
elta y fijó sus ojos en los de ella. A pesar de utilizar bastante maquillaje, Eliana se veía
. "¡Deje de mirarme!", le alegó con incomodidad, al
diferencia. "Es demasiado plano.
de ira. Era evidente que, además de ser luju
ntada y no
acelerar e hizo que el automóvil ad
todo su empeño por alcanzarlos. Eliana se volteó miró hacia a
alcanzando!", gritó Eli
cho para que nos alcancen. Abróc
ente y tomó una salida. Eliana estaba aterrorizada y gritó sin parar durante el resto del recorrido. No podía evitar preguntarse si ese hombre tenía deseos de morir o algo por el estilo. '¿Por qué gir
la rotonda, el hombre tomó la salida de una
ban en dirección opuesta. Después de todo, lo único que le quedaba era resignarse y maldecir al hombre. Marcus e
dó un auto blanco que conducía por la carretera. Dentro del vehículo se encontraba su madre, su hermana gemela y ella. Su madre les había dicho que las iba a llevar a conocer por
arecía estar mal porque, a medida que avanzaba, el camión iba adquiriendo más velocidad. Como
ntosas imágenes en toda su vida, pero el recu
traumática, ella no pudo evitar
naba pálido. Suponiendo que solo tenía frío, oprimió uno de los bot
n?", preguntó el h
voz del hombre logró trae
se detuvo a la orilla del mar. Tras salir del vehículo, El
igrosa, y no se atrevía a pensar lo que podía suced
que le estaba ofreciendo un pañuelo. Su mirada recorrió los dos brazos del