eja-. No sería muy buen a
Nos las estamos apañando. La casa que nos has
e les guste. ¿Có
encanta estar cerca del lago. Pero... ahora m
ifícil que fuera su relación antes de morir, aún no lograba asimilar que pudiera haber hecho algo a propósito para
ncia. Razón por la que había alejado a Matthew de todo lo que conocía y lo había llevado a la ot
ctor-. Y también sé que tú no acepta
ó. Victor la co
ofrezco -continuó él-, C
erdad. Solo con darme un trabajo ha
dependiente para la filial de
o: «mejorar». Comenzó a escribir artículos en calidad de colaboradora independiente porque necesitaba algo con
r de nuevo, aunque
go, serás el pr
me lo pidas. Es el nombre de un abogado local que he utilizado en varias ocasiones. Sé que te estás dando contra un muro con esa clínica pri
llamaré a fin
dejó el pisapapele
copia del artículo c
todavía no le había preguntado p
a tonta le il
a y f
do da
de cuatr
ria contra el cáncer de ovarios, la pareja no esperaba tener hijos. G
e me encantaría comer con ella un dí
o a casa, Cassandra.
para contemplar la vista de Valencia. El agua relucía a lo lejos, entre los rascaci
liar. Ni la ciudad, ni los paisajes ni el ambiente. Había rezado para que algo, cua
recordar. La clínica original había desaparecido tras sufrir un incendio hacía más de un año y el director de la nueva clínica le había estampado la puerta en las nari
ntras contemplaba la ciudad. Hizo girar de nuevo el sillón, encaró el portátil y se c
más guapa que Cassandra había visto en la vida se pegaba a él como una sanguijuela. Él le rodeaba la cintura con un brazo y ella tenía una mano oculta bajo s
o. La pareja de la foto resultaba muy atractiva, sin embargo... la mirada de Cassandra no dejaba de volver a la cara d
na especie de vestíbulo, de un hotel, a su parecer. Listos para disfrutar de una noche de pasión. «Afortunada ella», pensó. Un
onó por completo. Con razón veía algo familiar en la pareja. La mujer era modelo. U