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s mujeres, unas de mi edad y otras mucha mayor. No lo podía creer ¡se trataba de un bar de mala reputación, pero para mujeres! sorprendida por todo lo que veía, mis ojos estaban bailando al vaivén de las caderas
ejaba de dar vueltas, no sabía si salir corriendo o quedarme a disfrutar de algo a lo
ue están dando, son preciosos ¿verdad?-
é te re
rnas, ¡ah y ni hablar de su entrepierna! Picante, picante...-Ginna me hace sentir vergüenza ajena, ha
estas hablando horrible- la
ia esa barra, mira que bombones ahí allí- le doy otro largo sorbo a mi bebida y tímidamente salgo para allá, yo no era u
yo, a decir verdad, eran demasiado guapos, comienza a sonar una canció
hombres, ambos estaban con un tipo de disfraz de vaquero, tenían sombrero y
e hipnótico de caderas comienza a ser insinuante, casi me desmay
a un sudor delicioso, de hombre alfa, combinado con su perfume amaderado inundaba mis fosas nas
ngas, y otras mujeres hacían lo mismo, ay, mi Dios, que nervios siento, saco como puedo un billete de mi cartera y sin darme cuenta le pongo uno de cien. El joven reaccion
e un lado hacia otro, tenía la piel color canela, sus abdominales bien marcados, sus pectoral
se acerca y me da un beso apasionado en la mejilla, yo andaba como boba, ni siquiera
mis oídos, mientras que trataba de recobrar su res
poderle responder, por for
in palabras, si necesitamos de tus servicios, te busco- el
do responder a mi- le doy
asi ni respiras, eso es fantas
está sola y yo, ya di cien dólares, no me alcanzo a imaginar si me qu
hol, me tomo un sorbo, y otro más y otro más, ahí empiezo a sentirme más relajada, más abie
bailando a saltos en medio de la pista, con un montón de empleado
ra lo que me dio Ginna, se lo agradecia con el alma, eso era lo que realmente necesitaba así fuera por sentirme viva un solo momento, pero algo estaba mal, sentía como mi cu