caos emocional en el que se encontraba. Su corazón latía con fuerza, y aunque el agente de la DEA, un hombre alto y rubio con un oj
estaba ahora en manos de un completo extraño, pero
na, con la voz entrecortada-. Mi hermanito est
rrodilló frente a ella para que pudieran hablar cara a cara
las autoridades, te prometo que tú, t
abeza, el miedo pinta
. me matará. No sabes de
pausa antes
es Gael. Y te doy mi palabra, Juliana, que te ayudaré. Ese
speranza en sus palabras. El miedo la consumía, pero l
prométeme que salvarás a mi hija. No me importa morir... solo q
entamente, su
A partir de ahora, tú y tu hija entrarán en el programa de pr
s suyos, pero algo en la calma de Gael la hizo sentir
nalmente, entregándose al des
importante era proteger a su pequeña. No importaba el nombre que lle
er lugar que significara seguridad y paz era un paraíso. Durante todo el día, había hecho grabaciones sobre la organización que la
ducharse, tratando de lavar no solo el cansancio del día, sino también las cicatrices emocionales que llev
Juliana era una mujer hermosa, con su cabello oscuro y sus ojos azules como el cielo, pero también era una niña rota, ma
que ponerme -dijo ella, con una mezc
tratando de no mostrar e
aré descansar -dijo, preparándose para s
no respondió de inmediato, ni siquiera tocó su espalda, pero le permitió que lo abrazara, entendiendo que lo n
i pequeña... Te debemos la vida -d
seriedad, pero ta
, ese miserable pasará el resto de su vida en prisión -le aseguró, aunque su voz se suavizó cua
a, su rostro reflejando el
él... ab
abia por lo que le habían hecho. Pero su
, centrando su mirada en ella y limpiando con
jó un beso en sus labios. Gael no respondió al beso, pero
ente, acariciando su mejilla con ternura-.
los ojos, sus l
aber lo que se siente besar a algu
on la cabez
o podía evitar sentir que quería ser ese hombre que la protegiera y le mostrara lo que era el amor. Pe
us labios se unían en un beso suave y cargado de emociones. Era como si ese cont
as acariciaba con ternura su rostro, bajando su mano lentamente hasta su
, en un susurro que era más u
l que ambos llevaban dentro. Cuando finalmente la camisa cayó al suelo, dejando expuesto su cuerpo desnudo, Gael no pudo evitar quedarse sin
er fuerte que había sobrevivido lo inimaginable. Con cuidado, comenzó a desabotonar su propia camisa, revelando su torso definido, lleno de cicatrice
zadas llenaba el espacio. Pero en ese instante, no había prisa, solo la c
ndo el peso de la situación. Sus labios temb
rmuró, intentando alejarse de ella, aunque
u mirada fija en la de él, como si todo el dolor y sufrimien
e sea contigo. -Gael sintió un nudo en la garganta mientras la escuchaba-. Me he dado
us ojos, era una profunda necesidad de conexión, de algo real y sincero, después de tanto do
pero se quedó en silencio, vie
ero no era solo por deseo físico, era por la necesidad de sanar, de mostr
vez más, tomando su rostro entr
a emoción-, lo haré... Pero solo porque también
su corazón lati
en un susurro, entregándose