mos! – Profir
Musitó el hombre – Pierden su ti
que usted nos colabora, tal vez... le qu
bló, fue él quien escribió la nov
r romano. Pero supongo... – a?adió tras un suspir
ó esa novela? P
escarga eléctrica sacudió el cu
e del escritor! Pero... ?Distribuye el
oco, mira de reojo el intercomunicador – La novela la distribuye.
– Exige
elo. ?Es mejor que se vayan detective
o quieren que atrapemos a quien violó la ley si no
amó el hombre, mientras se revolc
é algo... los ayudare... - Gimió el
Sofía es peligrosa para el régimen, pues, ellos le muestran la verdad a aquellos que la buscan. Ta
e se la dieron a uste
quien me la dio, pues me
be usted de Sofía?
o si estuviera tratando de decodificarlo – nosotros éramos el partido de oposición al régimen, después
a voz del intercomunica
ctrica hiso levantar de
eso! – Exi
onero, mientras era arrastrado
Respondi
cosas no son l
III: R
den estar en una cárcel, pues, merecen morir pudriéndose en un lugar alegado, en donde el ciudadano obediente no los vea, escuche, o siquiera sepa que existan" diría el líder del país. Est
cual no quieren ni mirar. Pero para unos pocos, es un paraíso en donde la lib
ual que con las puertas giratorias de los edificios gubernamentales, y las palabras raras en el tope de sus entradas, llegó a la misma conclusión: el distrito oscuro es un lugar que
Le preguntó su voz mental – si ni siquiera
nte, mientras su automóvil atraves
r totalmente vestido de negro, con un Fa
dos pilares que cumplían las funciones de salida de la ciudad capital, a su vez que, hacían las veces de entrada hacia el distrito oscuro. Una vez más la frase: "Obscuris vera involvens" hacia su ap
apagado, y se le considerará un enemigo del estado – Le dijo el militar – y ya
y de seguro me tomaré más tiempo, además, no pueden apagar mi