mento preciso en el que Khloe está encendiendo el segundo cigarro. Los pechos de la hermosa joven vibran como si estuvieran siendo movidos por alguna mano invisible, o por el suave vient
umerge en la cama, como naufrago que se entreg
nfreno sexual casi apocalíptico. El lobo gru?e. Khloe asoma sus ojos por encima de l
**
habitación. En su desespero, Khloe, empuja a Scott lejos de ella. él
razón se encuentra en un rincón de la habitación, Y lanza un batazo que golpea la cabeza de
se ha quedado petrificado con el bate en las manos. Lentamente la mujer se descubre su rostro;
– Le preguntó la
asie
os lobos se asoman por la puerta ense?
ellos, pero la pareja logra escapar hacia el ba?o. Allí se
eder en cualquier momento. Khloe abraza con fuerza a Scott.
esa. Una vez más, un silencio ensordecedor inunda, no
aterradora, Scott decide ponerse d
! – Gimió pre
e ya se fueron
nterior de la habitación. Ya los animales se han ido. Se da
opa; un short y una peque?a camisa. Tras colocar
jar... – Su
co! Quedémo
les no nos dejaran en paz, ell
ieres? –
s larguemos de aquí, antes
. creo que t
**
de madera hacia la planta baja,
llamar a la poli
lesta y le dice: ?N
uien le debemos reportar t
la ley interv
orq
se va a enterar
??Eres
sabias, todo el
o lo
a en mi perfi
os odio. – Replic
**
e?ales de los lobos. Parece que
cía – Dijo Scott rompiendo el incómodo silenci
?a, tratando de hacer el menor ruido posible. Scott ve
aquí? – Se pre
é pasa? –
lo... - Lo se?ala -
empacaste y no
o de este viaje era; alejarme por
ra entrando una llamada. La puerta de la caba?a