El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
En el opulento y poco iluminado cine privado, se transmitía en vivo la subasta de joyas más exclusiva.
La fuerte voz del subastador resonó en la sala. "Un millón a la una, un millón a las dos...".
Pero Alicia Bennett apenas escuchaba esas palabras, ya que toda su atención estaba centrada en el hombre debajo de ella.
La intensidad de sus embestidas la abrumó al punto de que tuvo que hundir los dientes en su hombro desesperadamente para evitar gemir.
El hombre solo gruñó en respuesta, sin detenerse ni disminuir la velocidad.
"Relájate, ¿sí?", dijo con voz ronca, mientras apretaba más su cintura, obligándole a su cuerpo que se doblegara a su voluntad.
La joven sabía que le dolía, así que poco a poco, aflojó la mandíbula y dejó de morderlo.
Justo cuando estaba por pedirle disculpas, él soltó una risa baja, casi burlona. "No te pedí que aflojaras el mordisco".
Alicia se quedó congelada y sus mejillas se ruborizaron.
La disculpa se le atascó en la garganta y fue reemplazada por una abrasadora vergüenza que volvió su piel carmesí.
Pero la intensidad entre ellos solo se hizo más feroz a medida que pasaba el tiempo. Sus cuerpos se enredaron en una batalla de pasión y descontrol.
El subastador dejó caer su mazo. "¡Vendido por diez millones! ¡Démosle un aplauso al señor Joshua Yates!".
Ese nombre impactó a Alicia como si fuera un rayo.
Su cuerpo se puso rígido, por lo que el hombre no pudo evitar notarlo. Sus movimientos se detuvieron mientras sus ojos entrecerrados de satisfacción observaban perezosamente la pantalla.
La cámara se acercó al rostro de Joshua Yates, por lo que cada detalle de sus conocidos rasgos se mostró con perfecta claridad.
"Joshua, el segundo hijo de la familia Yates... ¿Es un conocido tuyo?", preguntó, arrastrando las palabras. Sus labios se curvaron en una sonrisa maliciosa mientras mordisqueaba juguetonamente el lóbulo de la oreja de Alicia.
La mujer frunció más el ceño, ya que lo último que quería era discutir ese asunto.
"¿El chisme también forma parte de tus servicios?", espetó con irritación.
El hombre se rio por lo bajo, haciendo eco en el espacio.
¿Servicios?
Ni siquiera se molestó en negarlo. En cambio, agarró con más fuerza su cintura y se movió de manera más implacable. Su ritmo era caótico e indómito, como si quisiera desafiarla.
La habitación parecía latir con sus apasionados deseos. El ambiente rezumaba lujuria, y sus respiraciones entrecortadas se volvieron una sola. Los dos llegaron juntos al orgasmo sin aliento.
Cuando todo terminó, Alicia aprovechó que el hombre estaba en la ducha para escapar sigilosamente.
Sacó un fajo de billetes de su bolso y los puso en la silla. Avanzó lentamente hacia la puerta, tan silenciosa como un ratón, e hizo una mueca por el dolor que sentía en sus partes íntimas.
Cuando Caden Ward finalmente salió del baño, vio al instante la ordenada pila de billetes de dólares en la silla. Una mirada divertida se apoderó de sus ojos y una sonrisa burlona apareció en sus labios.
Tomó un cigarrillo, lo encendió lentamente y se hundió en la silla. Sus dedos jugaban con la colilla.
Después de un rato, Hank Ford, su asistente, irrumpió en la habitación con nerviosismo.
El leve e inconfundible olor a sexo seguía flotando en el ambiente, por lo que el cuero cabelludo del asistente se erizó de incomodidad. "Eh, discúlpeme, señor Ward. Estaba distraído. Deme un momento y la traeré de vuelta ahora mismo".
Acababan de regresar al país y habían tomado todas las precauciones. Pero aun así, una mujer había logrado burlar su seguridad.
Caden exhaló una corriente de humo con indiferencia.
"No es necesario. Yo... lo hice voluntariamente".
Hank abrió mucho los ojos.
Solo entonces, vio las tenues marcas rojas que decoraban el pecho de Caden.
La cabeza de Hank empezó a dar vueltas. En todo el tiempo que lo conocía, nunca lo había visto acostarse con una mujer, ni siquiera había tenido una aventura de una noche.
Incluso había rumores de que sufría una enfermedad, y que por eso nunca había tenido sexo.
Pero ahora, esos rumores se evaporaron ante ese giro inesperado.
Antes de que Hank pudiera procesar todo, la profunda voz de Caden lo devolvió a la realidad. "Quiero que investigues la vida personal de Joshua. El informe debe estar en mi escritorio en media hora".
Esa noche, Alicia había entrado tambaleándose a su habitación, febril y desesperada.
Obviamente, la habían drogado.
Pero todos sus años de moderación y abstinencia se derrumbaron en cuanto la tomó en sus brazos.
Y entonces descubrió algo: Alicia era virgen.
Dos años de matrimonio con Joshua...
¿Y aun así, estaba intacta?
El recuerdo de la noche apasionada despertó algo en su interior. Sus labios se curvaron en una sonrisa de satisfacción.
Lo inesperado siempre lo intrigaba.
Pero mientras reflexionaba, una cosa le quedó muy clara: Alicia no sabía con quién había estado debido a los efectos de la droga.
Cuando la joven regresó a casa, la primera luz del amanecer se estaba filtrando por las ventanas.
Solo entonces se dio cuenta de cuánto tiempo había estado fuera. Rechinando los dientes con enojo, se detuvo en la puerta.
Incluso después de que ella estuviera al borde del colapso, él se negó a soltarla, como si no pudiera sentir el cansancio.
¿Quién se suponía que era el cliente?
Pero antes de que pudiera seguir pensando en eso, sonó su celular. Era una llamada de su mejor amiga, Monica Flynn.
"¡Alicia!", gritó ella desde el otro extremo de la línea. Sonaba bastante preocupada. "¿Cómo estás ahora?".
Alicia exhaló un profundo suspiro y se quitó los zapatos descuidadamente. "He estado mejor", susurró.
Desbordada de rabia, Monica espetó implacablemente: "¡Joshua es un pedazo de mierda! ¡Es tan repugnante! ¡Si no quiere seguir casado, debería armarse de valor y divorciarse de ti! ¿Qué clase de enfermo conspira contra su propia esposa?".
Alicia sintió el profundo dolor de la traición.
Ayer había sido su segundo aniversario de matrimonio. Joshua le había enviado un mensaje sugiriendo que lo celebraran. Alicia pensó que él había cambiado, así que se vistió elegantemente. Pero solo se encontró con una decepción y una bebida con droga que le hizo tener una noche de confusión y caos.
¿De verdad Joshua había planeado todo eso?
Tragándose su amargura, Alicia se obligó a subir lentamente las escaleras. "Está bien, Monica. Yo me encargaré de eso".
Siempre protectora, la aludida no estaba convencida. "¿Piensas tomar medidas? ¿Cómo piensas hacerlo? Solo dime y estaré ahí ahora mismo. ¡Me pondré mis tacones más afilados para patearlo en los huevos!".
Alicia no pudo evitar esbozar una pequeña y cansada sonrisa, pero su corazón todavía se sentía pesado.
De repente, la voz de Monica cambió y preguntó con curiosidad: "Bueno, cuéntame, ¿quién era ese chico con el que estabas anoche?".
Alicia se quedó congelada, con un mal presentimiento. "¿No contrataste a ese chico para mí?", preguntó inquieta.
"Sí, llamé a uno", dijo Monica con seriedad. "Pero nunca apareciste. Esta mañana me envió un mensaje diciendo que te esperó toda la noche y no fuiste. Entonces, ¿con quién estuviste?".
Alicia dejó de respirar cuando entendió lo que había pasado.
Estaba a punto de responder cuando la puerta de su dormitorio se abrió con un crujido.
Alicia alzó la mirada y sintió su corazón hundirse. Recién salido de la ducha, con una toalla enrollada alrededor de su cintura, estaba Joshua. Su cabello húmedo se le pegaba a la frente mientras la miraba fijamente.
"¿Qué chico?", siseó amenazadoramente.
Stella Richard se casó con Rene Kingston en lugar de su hermana Sophia por algunas razones. Pero desde el principio, ella sabe que su matrimonio era solo un contrato por tiempo límite y una vez que se cumplió el tiempo, ella tenía que irse. Para RK, este matrimonio fue solo una carga, pero para ella fue un regalo de Dios. Porque RK era el hombre al que había amado toda su juventud... Entonces, mientras tanto de su matrimonio, Stella hizo todo lo posible para que este matrimonio funcionara. Pero el día que descubrió que estaba embarazada, su esposo le dio el papel de divorcio y le dijo... "No quiero a este niño. No olvides abortar". Estas palabras salen de su boca, como una bomba para Stella, y cambiaron su vida... Ella firmó su nombre en el papel de divorcio y salió de la casa... Porque ella no quiere estar con un hombre tan frío... Seis años después... RK compró la empresa en la que trabajaba Stella. Pero Stella hizo todo lo posible por no tener nada que ver con él... Porque ella tenía un hijo y no quería que él se enterara de él... Pero un día, cuando Stella recogió a su hijo de la escuela, él la vio... RK, "¿Cómo te atreves a tener un hijo con otro hombre?" Stella, "No creo que tenga nada que ver contigo". RK estaba a punto de decir más cuando su mirada se posó en el niño a su lado... Su rostro se veía igual que cuando era joven...
"El amor te encuentra en los lugares más extraños". El matrimonio no estaba en la agenda de Marcus. Disfrutaba de la vida como el soltero más codiciado hasta que su familia comenzó a presionarlo. Después de un tiempo, no tuvo más remedio que casarse con una mujer que ni siquiera conocía. Su amigo bromeó: "¡Eres un cabrón con suerte! Tu esposa debe ser hermosa". Cuando Marcus pensó en la mujer que dormía con una máscara en su cama, le hirvió la sangre. ¿Su esposa era hermosa? ¡Bah! "Será mejor que pares. ¡Una palabra más y la haré tuya!", él maldijo. Marcus pensó que iba a ser un hombre casado miserable. Sin embargo, se llevó una sorpresa cuando su vida matrimonial resultó ser exactamente lo contrario. La curiosidad mató a quienes lo rodeaban después de un tiempo. Su amigo volvió a preguntar: "Sé que no te gusta hablar de tu esposa. Pero, ¿puedes describirme cómo es exactamente? ¿Por qué siempre lleva una máscara?". Esta vez, los labios de Marcus se curvaron en una sonrisa. "Mi amada es hermosa y adorable. Baja la mirada cada vez que la veas. Si te pillo mirándola, te haré quedar ciego". Todos se quedaron boquiabiertos cuando escucharon eso. Lo miraron como si estuviera loco. Un día, la esposa de Marcus de repente hizo su maleta y declaró: "Ya no puedo hacer esto. Ya tuve suficiente de tu humillación. ¡Por favor, dame el divorcio!". Esas palabras golpearon a Marcus como un rayo inesperado. Cuando vio que ella hablaba muy en serio, la abrazó con ambas manos y le suplicó: "Cariño, por favor no me dejes. Prometo tratarte mejor. Si quieres, puedo darte el mundo entero. ¡Quédate conmigo!". Y así comenzó una nueva etapa para la pareja.
La vida de Candice dio un extraño giro la noche de su boda. Su marido, Greyson, no apareció para consumar su matrimonio. En su lugar, un desconocido irrumpió en su habitación y la violó. El matrimonio se convirtió en un infierno para ella. Mientras intentaba dejar atrás la pesadilla, su suegra aprovechaba cualquier oportunidad para desacreditarla. A Greyson, que debía apoyarla, le importaba un bledo. Al contrario, llevó a su amante a su casa. No pasó mucho tiempo antes de que Candice fuera expulsada de la casa. Todos pensaban que era una debilucha indefensa, sin saber que era una abogada extraordinaria. Llevó al hombre que la violó a los tribunales. Quería pagarle con la misma moneda. En el transcurso del proceso, descubrió estupefacta que el violador es el hombre más rico de la ciudad. Las cosas se le fueron rápidamente de las manos. El hombre intentó por todos los medios pedirle que se casara con él. Ella se dio cuenta de que se estaba buscando más problemas. ¿Cómo ella logría deshacerse de él pero acusarlo al mismo tiempo?
Mi familia era pobre y tenía que trabajar medio tiempo todos los días solo para pagar las cuentas y estudiar en la universidad. Fue entonces cuando la conocí, la chica bonita de mi clase con la que todos los chicos soñaban salir. Era muy consciente de que ella era demasiado buena para mí. De todos modos, reuniendo todo mi coraje, le dije que me había enamorado de ella. Para mi sorpresa, accedió a ser mi novia. Me dijo, con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, que quería que el primer regalo que le diera fuera el último iPhone de gama alta. Un mes después, mi arduo trabajo finalmente valió la pena. Pude comprar lo que ella quisiera. Sin embargo, la pillé en el vestuario besando al capitán del equipo de baloncesto. Incluso se burló despiadadamente de mis defectos. Para colmo, el tipo con el que me engañó me dio un puñetazo en la cara. La desesperación se apoderó de mí, pero no pude hacer nada más que tirarme en el suelo y dejar que pisotearan mi orgullo. Cuando nadie lo esperaba, mi padre me llamó de repente y mi vida cambió. Resulta que soy el hijo de un multimillonario.
Adamaris Campabell, sufre un accidente automovilístico, dónde su estado mental debido al golpe en la cabeza, pasa a ser el de una niña, aunque es consciente de algunas cosas, sus incoherencias avergüenzan a la familia Campabell, en especial a su padre. Quién ocultó aquella tragedia para que la empresa y la familia no se viera afectada siendo ella la heredera de la gran fortuna que dejó su difunta madre. La traición azota el corazón de Adamaris, quien al recuperar su estado mental se percata de los más vil, su hermana y ex prometido tiene un romance que ha sido aceptado por su propio padre, solamente por él beneficio social entre familias. Humillación, enojo y venganza, sentimientos que se despiertan en el corazón de la hermosa e inteligente Ada, por aquel falso amor de su prometido, por la cruel envidia de su hermana. Adamaris aprovecha la oportunidad que le ofrece la vida, cuando el destino coloca en su camino al hombre multimillonario y cruel que necesita una esposa que le dé un heredero. Adams Grey es prepotente, pero cauteloso en cada paso que da y Adamaris fue su ficha clave para contraer matrimonio y así, no permitir que su tío y primo tomarán posesión de la industria METALGREY. La cual deja grandes sumas de dinero y ha incrementado, gracias a él. Adamaris Campabell y Adams Grey se unieron por beneficio, él juró ayudarla a vengarse de los que le hicieron daño y ella, darle un heredero. Sin embargo el fingir amor complica la situación, el caos se desencadena cuando los que los rodean no quieren perder y aquel beneficio matrimonial se torna confuso y más para Adamaris. Su ex infiel la quiere recuperar ¿Será que Ada lo perdonará? ¿O Adams Grey se robó el corazón de Ada?
Sofía Morales, en la fiesta de celebración de su graduación, ebria y drogada por uno de sus compañeros quien intentó abusar de ella, se entregó a su héroe y salvador, Rafael Rincón, quien también se encontraba bajo los efectos del alcohol. Al mes exacto de esta celebración, ella comenzó a experimentar los primeros síntomas de su embarazo múltiple, lo cual fue un escándalo para toda la familia, especialmente porque nadie sabía quién era el padre de sus trillizos, ni siquiera ella misma. Antes de salir a relucir esta situación, su padre le estaba imponiendo aceptar un compromiso matrimonial con el hijo de su amigo, porque había dado su palabra desde que ella era una niña. Estando en su sexto mes de embarazo, su padre fallece, dejándola heredera y billonaria. Como era su única hija, debió asumir el cargo de CEO. Esto no fue bien visto por los otros accionistas de la Naviera, quienes consideraban que era una irresponsable, por el grave error cometido: ser madre soltera. Por su parte, Rafael Rincón, hombre enigmático, billonario, productor, ganadero, quien había perdido a su novia en un accidente, no dejó nunca de pensar en la bella y virginal jovencita a quien rescató y luego hizo suya en una noche de copas, en una discoteca de la Ciudad, propiedad de su amigo y de la cual solo sabía, que se llamaba Sofía.