KILA
e no se vende ni se compra pe
ciales, cestos vacíos y polvo. Más figuras de cartón a un lado que hacían que dieran en llamar al lugar el 'cementerio de maniquíes'. No era un mal nombre de no ser porque es
ano. Gigi Junot era la recepcionista de las oficinas del primer piso del shopping que aún se mantenía en pie lejos de la modernidad y que no había sido golpeado por la crisis de la pandemia . Central Park así se llamaba pomposamente recordando que sus dueños y fundadores se habían criado con esa vista desde la ventana de su apartamento. En pleno DF en México. Aunque ahora los dueños b
ltar toda clase de cosas útiles que donaba luego a instituciones locales mentira mediante de deterioro o perdida. Ella y otras
rianza y le enseñó valores morales que Gigi recordaba cada día de su vida. Honradez , a eso se resumía todo. Hacía tres años que la madre de Gigi había muerto. Un lamentable accidente en la fábrica donde trabajara. Y de no haber sido por el resto de sus compañeros de empleo allí la muchacha jamás hubiese iniciado un juicio por negligencia a aquel lugar. Aún no había sentencia ni indemnización la cual sería jugosa. Gigi solo deseaba justicia y que aquel accidente no se repitiera, había rescat
ales. Una figura excelente, buen caminar ,refinadas, pequeños pechos firmes, un trasero delgado y por supuesto su
regó las llaves comenzando a cam
r de aquel vaporizador la nueva fragancia cargada, parpadeo haciendo qu
, huele! Y es arreba
tusiasmarse demasiado. Orquídeas y masculinida
go! Está prohibido hacerlo con anima
gratis!- la reprendió su amiga exagerando-
artó para que Gigi viera un póster de publicidad Chandler Forr
ncia Rutherford decidió que viniera aquí mismo a éste hermoso y
momias' enloquece
er aunque Gigi debía de prejuzgarlo: atractivo pero pedante demasiado bueno para ser cierto y no deseaba conocer a famoso alguno. Le deseó buen día a s
ampuloso que denotaba su condición gay y se entus
e diseño hueco con un de di
dido re
mbros con falsa modestia e
s nosotros para ti lo ves? Cen
emblorosas sabiendo que
una chica solitaria, pensó el hombre con un dejo de tristeza, pena que permaneciera allí y preguntó por fin a que o
jo algo que no figuraría en los gastos comunes como fuera , él era el dueño de aquel sitio, pagaba alquiler por el loca
andler Forrester y la publicidad de aquella fragancia masculina. Dio un su
eres e
retido ante ese
stancia sanitarios, además tú eres la única que sabe qu
n un cómico pesar. G
drá y apreciará más a
e rió co
tros Gigi. Ten ya un nuevo novio no ese sapo
o llegaría el indicado. La vio marcharse con pies alados a su puesto tra
as millones y está muchacha ve